La píldora económica

Primero más H2O, y luego, quizá, más H. La adaptación es ya una necesidad

Sequía
Primero más H20, y luego, quizá, más H. La adaptación es ya es una necesidad.
Europa Press

En la lucha contra el cambio climático se ha instaurado la idea de que mitigación, (invertir para reducir las emisiones cuanto antes) es lo que hay que hacer, y que adaptación (realizar los cambios necesarios para vivir en las nuevas condiciones climáticas), es una política errónea que implica renunciar a la lucha contra el calentamiento global.

Yo creo que este planteamiento es equivocado. Primero, porque ya no es posible alcanzar la reducción de emisiones que evitaría probabilísticamente que la temperatura media en 2100 no subiese más de 1,5 grados sobre la prevalente a fines del siglo XIX. Con lo cual, podemos gastarnos hoy cantidades ingentes de dinero en inversiones que no lograrán los objetivos. La opción es esperar a que la tecnología podría permitir dentro de unos años inversiones más eficientes y baratas. Este puede ser el caso del 'Hype' actual con el hidrógeno. No estoy diciendo que no se deba continuar con la mitigación, hay que hacerlo, pero maximizando a lo largo del tiempo la eficiencia, el coste y la reducción de emisiones, es decir invirtiendo con cabeza; y les propondré un caso a estudiar, el H2O versus el H. Existen otros como comparar los efectos en términos de emisiones y de bienestar social, y por qué no, de igualdad de renovar la flota de coches diésel versus acelerar la introducción de coches con baterías. Este segundo caso probablemente lo desarrollare en otro artículo.

Está claro que hay probabilísticamente riesgos climáticos de tipo existencial (desaparición de la corriente del Golfo, por ejemplo) que, aunque por ahora poco probable, nos obliga a seguir acelerando la mitigación. El problema es que los cambios más probables y próximos en el tiempo no son existenciales y sí ya muy reales y con potenciales elevados daños. Por eso, ya se debería estar redoblando las inversiones para adaptarnos. 

No les doy números, pero la mejor política para reducir el coste en muertes por calentamiento sigue siendo la instalación de aire acondicionado y esto sería una decisión de inversión en adaptación. El problema de qué política elegir se pueden comprender muy bien al compararlas con decisiones del tipo “o cañones o mantequilla” que se estudiaban en primero de economía, en el manual de Samuelson. 

Por ejemplo, si la sequía y la falta de agua es algo muy probable en España en el año 2050 y tenemos una capacidad de gasto limitado -restricción presupuestaria-, ¿qué deberíamos priorizar hoy?  ¿gastarse dinero en traer agua, por tubería, a España? O ¿comprometer una gran suma de dinero en hacer tuberías carísimas para llevar hidrogeno renovable gaseoso que todavía no tienes a Alemania?

No tiene sentido económico estratégico para España transportar el hidrógeno fuera de nuestras fronteras

La primera opción es adaptarnos al cambio climático, la segunda es… algunos dirán que mitigarlo, disminuyendo las emisiones. Pero esta segunda opción no parece tener ninguna ventaja. Primero, esta “mitigación” incluso puede generar más emisiones que quemar el gas en destino -gas holandés producido en Holanda con sistemas de captura de carbono-, y utilizar el hidrógeno azul así generado. Segundo, porque no tiene sentido económico estratégico para España transportar el hidrógeno fuera de nuestras fronteras. Me explico, si España pudiese generar hidrógeno verde competitivo en grandes cantidades, lo debería utilizar en sus industrias y atraer más industria consumidora de hidrógeno a España, por ejemplo, química y metalúrgica. Tercero, hay muchas inversiones menos costosas que esta para mitigar: producir hidrógeno para transportar a largas distancias en forma gaseosa es la forma más cara que se me ocurre. Incluso pensando en los avances tecnológicos de los próximos años. Es cierto que el 'Hype' tiene una explicación: a fecha de hoy no se ve otra tecnología para descarbonizar la industria y parte del transporte, pero si a ese le añadimos transporte en forma gaseosa, a largo plazo estamos hablando de otra cosa, mucho más cara, con implicaciones de seguridad y de acceso muy difíciles.

Por lo tanto, siguiendo este análisis en esta potencial decisión, gana claramente adaptar frente a mitigar. En España se debería asegurar el agua para el consumo de sus ciudadanos y a la vez no destruir la competitividad de una de las tres principales fuentes de crecimiento económico y de exportaciones de España: la agroindustria. La segunda opción, mitigar vía transporte de hidrógeno gaseoso por tubería, no parece que permita alcanzar el 'net zero' y para España es además regalar una posible ventaja competitiva. Por eso sugiero proponer a los alemanes que nos hagan una tubería desde el río Rin a las CCAA de Valencia y Murcia y a la provincia de Almería. En contraprestación, nosotros luego les mandaremos el hidrógeno vía Marsella.

Los franceses, como el Ródano está comunicado con el Rin, les dirían a los alemanes: si nos das más agua por el canal que une el río Rin con el Ródano, nosotros podríamos en tiempos de sequía utilizar las centrales nucleares que tenemos que parar, porque el Ródano lleva poca agua para refrigerarlas y mandaremos hidrogeno rosa. Las centrales nucleares francesas no tienen torres de refrigeración como las españolas porque pensaron que nunca les faltaría agua fría del Ródano para hacerlo, pero ahora les falta.

De esta forma, Francia produciría hidrógeno rosa que lo mezclaría con el verde español en una tubería y llegaría mucho hidrógeno a Alemania. Así, este segundo país podría conservar su superindustria química y metalúrgica, incluso relanzar la siderúrgica.

Solo veo dos problemas estratégicos a mi propuesta. En primer lugar, la mayor parte de la solar para generar el hidrógeno verde estará en Extremadura y deberíamos cobrar una tasa o impuesto de exportación de recursos naturales extremeños al resto de España y, en segundo lugar, si el Rin continúa bajando su nivel medio de agua, quizá no compense a Alemania cambiar H2O por H. Este segundo problema es menor porque al menos podríamos hacer un acuerdo fijo discontinuo, cuando haya exceso de agua en el Rin nos la mandan, nosotros la embalsamos y la utilizamos y en verano le mandamos hidrogeno verde producido con solar extremeño vía Francia. En conclusión, el futuro de mi propuesta y su coste depende estratégicamente de la decisión de los extremeños sobre sus exportaciones de renovables al resto del mundo.

Termino de nuevo con la idea del artículo, es necesario estudiar las implicaciones y potenciales efectos de decisiones de políticas y decisiones sobre cambio climático, y en especial la comparación entre invertir en adaptación o mitigación. Por razones de seguridad de suministro, de economía y de política regional, veo mucho potencial en traer el agua estacionalmente desde Alemania, pero llevar el hidrógeno verde hasta allí por tubería, no lo veo ni de forma estacional. Lo dejo ahí, porque el problema se complica si los franceses se quieren quedar con las exportaciones de agua alemanas para generar su hidrógeno rosa, y no dejan que fluya el agua necesaria a España. Entonces, ¿qué haríamos para asegurarnos el suministro del líquido elemento que necesitaremos en 2050? Esperemos a ver que decide el Tribunal Supremo sobre el trasvase Tajo Segura, y luego decidamos.

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