OPINION

Lo que va de 'Juanvi' a Mañueco: del poder absoluto a compartir Gobierno

Mañueco horizontal
Mañueco horizontal

Alfonso Fernández Mañueco es ya presidente de la Junta de Castilla y León. Juró su cargo el pasado viernes ante el líder del PP, Pablo Casado, el expresidente del Gobierno Mariano Rajoy, los expresidentes regionales Constantino Nalda, Demetrio Madrid, Juan José Lucas y, por supuesto, Juan Vicente Herrera. También estaban por allí consejeros salientes, consejeros (seguro) entrantes, oteadores que querrían ser consejeros, diputados provinciales y nacionales... Vamos, una reunión de políticos en toda regla en las Cortes de Valladolid.

Mañueco releva a Juan Vicente Herrera. En Castilla y León se le conoce simplemente como Herrera o como 'Juanvi'; 18 años de poder casi absoluto dan esa complicidad. Y, pues eso, que el exalcalde de Salamanca va a tener durante un tiempo la sombra de 'Juanvi' sobre su propia figura política. Algo inevitable. Tras casi dos décadas con el respaldo del que fuera granero de votos del PP, Mañueco afronta ahora un escenario bien distinto. En Moncloa hay -y muy probablemente habrá- un presidente socialista; en los ayuntamientos de León, Valladolid, Burgos, Soria y Segovia manda el PSOE; en el de Palencia gobierna Ciudadanos; en el de Zamora, Izquierda Unida, y en Ávila un 'escapado' del PP. Solo Salamanca se ha librado de la quema pepera. Y en Castilla y León hay un gobierno de coalición con Ciudadanos, que apunta a que tendrá tensiones o lo siguiente.

Alfonso Fernández Mañueco no se va a rajar, lo saben quienes le conocen bien. Va a aguantar carros y carretas, si los hay. Va a dar la batalla y va a defender su espacio por mucho que su recién estrenado vicepresidente naranja, Francisco Igea, se empeñará en pisarle los callos a la mínima que se descuide. Entre Igea y Mañueco no hay química, ni siquiera física, y de haberla es explosiva.

Pero Mañueco tiene cintura. Ha pasado por la presidencia de la Diputación de Salamanca, por su alcaldía, por consejerías del Gobierno regional, ha sido secretario general del PP y es ahora su presidente, ha ganado unas primarias, ha tenido la confianza de Rajoy en su equipo de Génova... un todoterreno.

No va a ser todo bueno, claro. Mañueco no tiene tanto encaje en la calle como Herrera, es más distante; 'Juanvi' siempre ha sido más populista y así le fue bien. A cada cual le encaja su traje y el del exalcalde de Salamanca es como es. Los más corrosivos con Mañueco le siguen echando en cara la pieza archivada sobre las primarias del PPCyL, pero eso desde su equipo se ve como cosa pasada y que surgió, según las mismas fuentes, con el único objetivo de tumbarle como candidato a la presidencia de la Junta que ya ocupa.

Mañueco va a trazar muy probablemente una línea divisoria entre el pasado de 'Juanvi' y su propio futuro, y en esa línea estarán sus posibilidades de éxito o fracaso. Mañueco no era el tapado de Herrera para sucederle. Antes habría preferido a la ex vicepresidenta regional dimitida Rosa Valdeón o al exalcalde de León Antonio Silván. Hasta se barajó el nombre del propio Pablo Casado, cuando se creía que el joven palentino tenía pocos números en la tómbola nacional.

A Herrera se le ha criticado mucho dentro y fuera de su propio partido. Puede que probablemente más dentro. Seguro. En los últimos años no han sido pocos los que le han visto como un tapón para el crecimiento y la renovación de la formación en Castilla y León, empeñado en librar sus propias cuitas con Madrid: tocarle las narices al exministro Soria, cantarle las cuarenta a Mariano Rajoy... Herrera ha hecho y deshecho desde el Colegio de la Asunción. Ha sabido gestionar bien las vacas gordas y ha sufrido con las flacas, con las que no estaba tan acostumbrado a tratar. Pero hay cierto consenso en que sus Gobiernos, con muchos errores, han hecho más Castilla y León. Cuando en España los sindicatos, la patronal y el Gobierno se daban de leches y eran incapaces de alcanzar un acuerdo, en el territorio 'Juanvi’ todos pactaban. Cosas de saber ceder para al final ganar.

Mañueco tiene un grupo de fieles en el partido que le cuida. Nadie sin una ‘guardia de corps’ decente atraviesa el desierto y espera su momento para saltar al ring. La campana sonó el viernes para Mañueco. Mucha tela que cortar se va a encontrar en una región ancha y larga donde las haya. Y en el combate estará el PSOE de Luis Tudanca, que se ha quedado con la miel en los labios que al final Ciudadanos le negó; y Paco Igea, que deberá dar la cara como portavoz por el Gobierno de Mañueco aunque se le haga un nudo en la garganta; y también estarán por allí sus rivales en el PPCyL, que los tiene... y con peso. Y vendrán de frente los problemas: el desempleo, la despoblación rural, la financiación autonómica... Lo que se dice gobernar, sin mas.

Mostrar comentarios