OPINION

La tragedia griega de 'Edipo' Errejón y su 'padre' Iglesias

Iglesias Errejón
Iglesias Errejón

Señoras, señores... La unidad de la izquierda es una burla macabra. Si el escenario político para las elecciones generales de noviembre tenía no pocos competidores, va Íñigo Errejón y rompe el futbolín. La formación en la que milita el politólogo, y por la que ocupa escaño en la Comunidad de Madrid, ha decidido concurrir al 10-N. Mazazo para Pablo Iglesias y nervios para Pedro Sánchez, atacado por el pensamiento de divide y vencerás que circula por las cabezas del centro-derecha político.

Madrid era poco para los de Errejón: para qué hablar del Metro si puedes mangonear en el AVE; para qué iluminar la Asamblea de Vallecas si puedes ser el lucero del alba en el Congreso de los Diputados.

A Errejón le ha pasado como a 'Edipo': se ha enamorado de 'su madre' (Manuela Carmena) y odia a 'su padre' (Pablo Iglesias). Iglesias y Errejón fueron como uña y carne, fundadores del originario y revolucionario Podemos al que no le importaban, de verdad, los asientos ni los cargos, y que aspiraba entre ingenuidad y nobleza al cambio de la sociedad. Ahora entre la uña y la carne de la pareja de profesores universitarios se ha clavado una espina; y duele mogollón.

Carmena le ha servido a Errejón de trampolín. La veterana Manuela se ha granjeado un halo de respeto, no generalizado, pero respeto al fin y al cabo. Como el que emanaba, con las distancias y la intelectualidad al margen, el viejo profesor Enrique Tierno Galván, que también fue regidor de la capital de España y cuyo cortejo funerario colapsó Madrid.

Errejón ha sabido sacarle partido a la unión con Carmena, que parece cada vez más centrada en hacer magdalenas que en ondear banderas. Por lo menos hasta que le suene en el teléfono la voz de Pedro Sánchez ofreciéndole un ministerio si es que alguna vez el dirigente socialista es capaz de aglutinar apoyos necesarios a su alrededor para una investidura.

La fortaleza de Errejón

Ahí entra en juego Errejón. 'Edipo' ha demostrado su fortaleza. Cierto que solo en Madrid, pero todo es ponerse y buscar alianzas. En las autonómicas madrileñas le dio un repasito a la candidatura de Podemos de agárrate que vienen curvas, con 20 diputados frente a siete, y colocando a los de Iglesias de farolillo rojo de la Asamblea.

No todo el monte es orégano, pero la expansión de la marca 'Más' del errejonismo ha movido el suelo a los morados, que están de ese color pero de ira. Carmena no se subirá a esas candidaturas, probablemente, pero apoyará con su presencia. 'Edipo' y 'su madre' saldrán juntos en las fotos, seguro. ¿Funcionará otra vez el tándem? Puede que sí, puede que no.

El 'padre' de 'Edipo' no pasa por sus mejores momentos. Ya las últimas elecciones le asestaron un varapalo sustancial. A eso se suma la penosa negociación que Iglesias hizo para la investidura de Sánchez y que nos ha llevado a una convocatoria electoral inaudita cuando la izquierda podía haber recuperado de nuevo el Gobierno de la nación. Pero el juego de trileros acabó mal, y para Iglesias, peor, pues le han crecido los enanos que enredaban con Errejón.

Va a estar interesante la campaña. Ahora Iglesias ya no solo tiene que preocuparse del tirón del PSOE, sino que ha de mirar de reojo y con mucha desconfianza a lo que se mueva en el 'Más' de Errejón, que se ha colocado como la astilla entre la uña y la carne, entre el socialismo y Unidas Podemos.

Los griegos, que eran muy suyos, se cargaban hasta al apuntador en la historia de Edipo, que acababa matando a su padre mientras su madre se suicidaba. Edipo, ante el caos desatado, se sacaba los ojos. Una tragedia griega, nada más.

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