OPINION

El ‘síndrome de la sinécdoque’ y la defensa de la ‘senyera’

La sinécdoque es un tipo de ‘metonimia’ (fenómeno de cambio semántico por el cual se designa una cosa o idea con el nombre de otra), que consiste en tomar la parte por el todo o el todo por la parte.

La estrategia y la construcción de la narrativa de los independentistas catalanes ha perseguido siempre apropiarse de los términos “Cataluña”, “los catalanes” o “el pueblo catalán”, tomando la parte por el todo.

Al generalizar, pretenden, por un lado, ningunear o invisibilizar a los catalanes no independentistas y, por otro, que muchos españoles también generalicen y se alimente así la falsa idea de un enfrentamiento entre Cataluña y España.

Cada vez que alguien habla de “los catalanes” en vez de “los independentistas catalanes” éstos se apuntan un tanto. Han conseguido apropiarse del genérico y que pensemos que tienen, no ya la mayoría, sino la unanimidad.

Otro efecto es que los catalanes no independentistas se sienten acosados por éstos y no queridos por el resto de los españoles, por lo que muchos de ellos acaban pasando al bando de los independentistas.

Cuentos y re-cuentos

Sin embargo, nada más lejos de la realidad. El pueblo catalán no es un bloque monolítico, ni los independentistas son, siquiera, una mayoría dentro de éste, pese a los errores del Estado y la gran labor de los independentistas.

Con los datos del propio Govern sobre el referéndum del 1-O, sobre un censo electoral de 5.313.564 personas, hubo una participación de 2.286.217 personas (el 43%) y un voto favorable de 2.044.038 de personas (el 38%).

Es decir, según los datos del Govern (que no ha dado ninguna garantía sobre la votación ni sobre el recuento, por lo que es de suponer que estarán inflados), los catalanes independentistas no llegan al 40%.

Campañas y banderas

Por eso no tiene ningún sentido seguir el juego a los independentistas y hablar de “Cataluña” o “los catalanes”, en general. Ni, mucho menos, hacer campañas de boicot contra productos catalanes. Eso sólo “fabrica” más independentistas.

Aparte de escuchar y de tener en cuenta lo que opinan dos millones de personas (que, aunque no sean, aún, mayoría, son muchas personas), hay que escuchar y apoyar a la mayoría de catalanes, que no son independentistas.

Por eso, al lado de la bandera española, deberíamos exhibir la senyera, que representa la defensa de la mayoría de los catalanes (no independentistas) y, al mismo tiempo, la defensa de la Constitución, la Ley y el Estado de Derecho.

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