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No es lo mismo citar que incitar

La fina línea entre el derecho de cita y la incitación al linchamiento.

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No es lo mismo citar que incitar.
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Hay una canción de Alejandro Sanz (de 2003) que se titula 'No es lo mismo', cuya letra dice: "No es lo mismo arte que hartar. No es lo mismo basta o bastar. Ni es lo mismo decir, opinar, imponer o mandar".

Y Joan Manuel Serrat publicó otra (en 1983), titulada 'Cada loco con su tema', en la que decía: "Pero, puestos a escoger, prefiero un buen polvo a un rapapolvo. Y un bombero a un bombardero".

Estos días me ha dado por acordarme de ellas a raíz de un debate sobre el uso de la cita, en general, y especialmente, en las redes sociales, en las que, más que para reconocer el mérito de un autor, se usa para incitar a su linchamiento.

El derecho de cita frente al plagio

El 'derecho de cita' es, al mismo tiempo, un derecho del autor, de ser citado junto a su obra (reconociendo así su autoría) y un derecho-deber del que cita esa obra, sin necesidad de la autorización de su autor, para incluirla en una obra propia.

Pero las citas deben hacerse completas: indicando no sólo el nombre del autor, sino también la 'fuente' u obra que se cita (lo correcto sería citar no sólo el título de la misma, sino también la edición y la página, en el caso de una obra escrita).

Si incluimos un fragmento de la obra de otro autor en una obra propia sin citarlo, estamos cometiendo un plagio, porque, al no reconocer su autoría, nos estamos apropiando de su obra, haciéndola pasar por nuestra, y puede llegar a ser delito.

Las citas en internet

La utilización de las citas ha sufrido algunos cambios con la aparición de internet y de las redes sociales; sobre todo, por la facilidad con la que se puede vincular, con un enlace, la obra citada, si -obviamente- también se encuentra en internet.

Incluso en las webs, blogs y redes sociales se puede 'incrustar' dentro de tu post o mensaje la obra o el fragmento original que quieres 'citar', enlazándolo con la fuente original de una forma transparente, en la que no hay ni trampa ni cartón.

Aun así, se debería citar el autor y la fuente. No como hacen los medios digitales, que, al difundir sus noticias en redes sociales, destacan sólo el nombre del medio en que se da la noticia, pero no citan el autor de la misma. Y deberían hacerlo.

El buen y mal uso de las citas

El sentido de la cita es, en primer lugar, como ya he dicho, reconocer la autoría de una obra y, por tanto, el mérito del autor. Aunque también se hace "para su análisis, comentario o juicio crítico" y este puede ser positivo o no tanto.

En las redes sociales y, especialmente, en Twitter, la cita de otro tuit (incrustando el tuit original en el propio y añadiendo un comentario) se usa para compartir un contenido interesante o divertido, o para abrir un debate sobre un tema polémico.

Pero, por desgracia, últimamente se utiliza, cada vez más, para poner a alguien en la diana e incitar a los propios seguidores a que acosen al autor/tuitero citado, por algo que ha dicho, que no ha gustado al que le cita de modo nada inocente.

La incitación al 'linchamiento'

La incitación o provocación al acoso o linchamiento (digital) de un usuario de una red social puede ser más o menos directa y hasta constituir un delito, porque quien incita y quienes acosan saben perfectamente a quién se marca y para qué.

La mejor demostración es que, si quien ha citado el tuit de alguien no lo ha hecho con la intención de que sus seguidores le acosen, sino para abrir un debate sobre un tema interesante, no permitirá ningún linchamiento y defenderá al acosado.

Por eso, 'no es lo mismo citar que incitar'. La diferencia no está en la herramienta que se utiliza, sino en la intención con la que se utiliza. Y, para no poner a nadie 'a los pies de los caballos', lo mejor es no tener 'caballos' entre tus seguidores.

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