OPINION

Un Parlament de trileros

Decíamos ayer en el artículo ‘Un gobierno de abogados’ que el 10-O no se había producido ninguna Declaración Unilateral de Independencia en el Parlament, en el marco de la comparecencia del President de la Generalitat, “para informar sobre la situación política actual” tras el referéndum, ya que en el Orden del Día de la sesión ordinaria del Pleno no había prevista ni se produjo ninguna votación.

Y decíamos también que, como no se produjo ninguna Declaración Unilateral de Independencia, tampoco se pudo producir ninguna suspensión de sus efectos, porque, igual que era el Parlament el que debía realizar la declaración ‘formal’ de Independencia, en sesión ordinaria, también debía ser el Parlament el que, mediante votación, debía suspender sus efectos. Puigdemont sólo lo propuso.

Por último dijimos que el documento que, una vez terminada la comparecencia del President de la Generalitat ante el Pleno, se firmó, en otras dependencias del Parlament, solamente por los diputados de Junts pel Sí y la CUP, no tenía ningún valor jurídico, ya que no se había registrado, votado y aprobado por el Pleno del Parlament, en sesión ordinaria, como preveía la Ley (catalana) de Referendum.

Crónica de un engaño en tres actos

Pues bien, el pasado viernes 27-O se volvió a producir un ‘espejismo’ o engaño en el Parlament. Esta vez, si cabe, con mayor intención y puesta en escena, para hacer creer a todo el mundo (los diputados presentes en el hemiciclo, los medios de comunicación y la gente en la calle y en sus casas) que se estaba votando y aprobando una ‘Declaración Unilateral de Independencia’,… cuando no era así.

1. Planteamiento: Propuestas de Resolución

La clave está en la presentación, por Junts pel Sí y la CUP, esa misma mañana (a las 10:43 horas.) de dos “propuestas de resolución” para ser votadas al final del ‘Debate general sobre la aplicación del artículo 155 de la Constitución española a Cataluña y sus posibles efectos’: 1) instando al Govern al desarrollo de la Ley de Transitoriedad jurídica y 2) declarando el inicio del proceso constituyente.

La ‘confusión’ o engaño estuvo en que, la primera de ellas se tituló

“Declaración de los representantes de Cataluña” y en su Preámbulo o

Exposición de Motivos se introdujo el texto de la ‘Declaración simbólica’ que se firmó por los diputados de Junts pel Sí y la CUP el  10-O, simplemente como hecho, sin valor jurídico, ¡porque el Preámbulo no se vota!, como reconocieron los propios proponentes.

2. Nudo: Votación

El segundo acto de esta ‘representación’ fue el momento de la votación de estas dos propuestas de resolución, comenzando con la intervención (a las 14:52 horas.) del diputado Roger Torrent, de Junts pel Sí, que planteó una ‘cuestión de orden’ para que se realizara primero la votación (normal) de la segunda de ellas y que la primera se votara al final y en urnas (en una votación secreta).

Como, para que prosperase la petición de votación secreta, debía estar

apoyada, al menos, por dos grupos parlamentarios, intervino (a las 14:58 horas.) la diputada Anna Gabriel, de la CUP, para explicar el sentido (afirmativo) de su voto “por las amenazas de querellas”, aunque “nuestra cultura política queda muy lejos de las votaciones secretas” y “no las ha ejercido nunca, no las hemos solicitado nunca”.

Así fue, y primero se votó -normalmente- y se aprobó la segunda propuesta de resolución (por 71 votos a favor, 8 en contra y 3 abstenciones) y, antes de pasar a la votación secreta de la primera propuesta de resolución y mientras se traía la urna, volvió a intervenir (a las 15:02 horas.) el diputado Roger Torrent, de Junts pel Sí, para pedir a la Presidenta que leyera la ‘parte declarativa’, ¡que no se votaba!

Así lo hizo la Presidenta (a las 15:03 horas.). Y terminó diciendo: “Y a continuación votaremos… la ‘parte resolutiva’ de esta propuesta de resolución”, ¡en la que no había ninguna referencia a la Declaración Unilateral de Independencia! Resulta muy ‘curioso’ que, al editar los vídeos, los servicios del Parlament hayan cortado la frase de la Presidenta y la segunda parte esté en el siguiente (a las 15:06 horas.)

3. Desenlace: Celebración

Con esta ‘teatralización’, perfectamente organizada, se transmitía la idea de que se estaba votando el texto que había leído la Presidenta… cuando no era verdad. Por eso, cuando (a las 15:27 horas.) se hizo el recuento y se proclamó el resultado de la votación (70 votos a favor, 10 en contra y 2 en blanco) todo el mundo pensó que se había aprobado la Declaración de Independencia, ¡cuando no era cierto!

Inmediatamente comenzaron las celebraciones de los independentistas, tanto en el hemiciclo, aplaudiendo y cantando “Els Segadors”, como en la calle. Y, luego, en las escaleras del Parlament, con los Alcaldes y los otros invitados y, más tarde (18 horas.) en la Plaza Sant Jaume, en la ‘Fiesta de proclamación de la República’cuando ni hubo Declaración de Independencia ni Proclamación de la República.

Trilerismo político

El Diccionario de la Lengua Española (DLE) define “trile” como el “Juego callejero de apuestas fraudulentas que consiste en adivinar en qué lugar de tres posibles se encuentra una pieza manipulada”. Por lo que podemos decir, con propiedad, que el viernes asistimos a un juego de “trilerismo político”, en el que nadie sabía dónde estaba la Declaración de Independencia, ni lo que se había votado.

No se sabe bien si los proponentes de las resoluciones (Junts pel Sí y la CUP) lo hicieron así por miedo a las ‘represalias legales’ y/o la reacción de sus propios seguidores, al ver que no tenían -de nuevo- la valentía de declarar formalmente la independencia y la constitución de la República catalana. Prefirieron engañar a todos. Pero no parece que esto les vaya a servir, ni para lo uno ni para lo otro.

Aunque no haya habido una Declaración de Independencia formal, está

implícita en la activación de la Ley de Transitoriedad y el inicio del proceso constituyente y por eso el “trilerismo político” nunca podrá triunfar sobre el Estado de Derecho.

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