3 gags que la televisión ha quemado en tiempo récord

El golpe de efecto perfecto. El vuelco de guion imprevisible. Los creativos televisivos viven en una búsqueda constante de nuevas formas de sorprender al espectador. Mejor aún si consiguen asombrar utilizando elementos cotidianos que todos manejamos a diario con el móvil, como las fotos, el whatsApp o las redes sociales. El problema es el momento en el que un gag que, en principio resulta original, es reproducido hasta la extenuación por todo tipo de programas. Incluso informativos. Son las acciones virales que la televisión agota antes de tiempo y que los propios responsables de la pequeña pantalla repiten, una y otra vez, pensando que siguen siendo los más modernos del panorama. Pero no, llegan tarde. Muy tarde. Porque el público ya está inmune a estas artimañas 2.0 de los shows televisivos.

1. Ser moderno (no) es hacerse un selfie en directo

Vivimos de selfies en directo por encima de nuestras posibilidades. Ellen DeGeneres fue pionera. Dio en la diana. Primero desde su programa, después en los Oscars. Allí creó un momento magistral para la historia de la televisión. Fue el selfie más retuiteado (hasta ahora). Desde entonces, los programas se pirran por realizar selfies. Y el presentador de turno, al hacer la autofoto de marras, pone cara de "qué vanguardistas somos". Aunque, en realidad, el público ya ni siente ni padece al ver un selfie en la tele, ya sea en un talk show, concurso o en el Telediario. Habrá que rizar el rizo del universo selfie. De hecho, Jimmy Fallon, maestro de ceremonias del mítico Tonight Show del canal norteamericano NBC, ya lo intentó con el photobomb.

2. Pedir matrimonio con un flashmob

Flashmob. Esa coreografía falsamente improvisada, que surge gracias a un gentío anónimo que se arranca al bailoteo en la vía pública. Este fenómeno, surgió hace casi una década. Fue el primer gran triunfo de la viralidad. Oprah Winfrey se apuntó el tanto con el I Gotta A Feeling de Black Eyed Peas. El realizador de su show, además, no paraba de mostrar, inteligentemente, como la propia presentadora grababa el instante desde su móvil. Así potenciaban la proximidad con el público de Oprah, que era una más. El vídeo dio la vuelta al mundo. Y hasta se han realizado formatos televisivos que consisten en eso, en realizar flashmobs. Una y otra vez. En bautizos, en competiciones deportivas, en centros comerciales, en rupturas matrimoniales. Pero sorprender con un flashmob ya es cosa del pasado. Demasiadas pedidas de mano en la pequeña pantalla con un bailecito de estas características. La audiencia siente que ya lo ha visto antes. Y es que es verdad, ya lo ha visto antes. Muchas veces antes.

El flashmob tuvo una variante interesante: el lipdub. Un vídeo musical en plano secuencia, sin cortes, que muestra a un grupo de personas que van realizando el playback de un tema popular a lo largo de recorrido en el que no paran de suceder historias. Cuanto más surrealistas mejor. No existe universidad sin alumnos ansiosos de perpetrar un lipdub. Pero ya hemos cubierto el cupo. Una vez más, el público está inmune ante tal coreografía. Toca dejar descansar este fenómeno, para que los lipdub vuelvan con más fuerza porque, ahora mismo, es difícil superar a los pioneros del género. En España, los chicos de Física o Química llegaron a tiempo. Y aprovecharon al máximo el decorado de la serie:

3. El meme de Julio Iglesias. Ya lo sabemos

Estuvieron divertidas las 3.439 primeras versiones del gag con la foto de Julio Iglesias. Pero la fórmula se ha agotado. Como hacer chistes con la edad de Jordi Hurtado (basta), el "y lo sabes" de Julio Iglesias no puede servir de comodín constante. Vale que sea gracieta habitual de programas de humor, pero no es necesario que los canales prefabriquen sus propios memes con el dedo de Julio Iglesias para promocionar sus programas en las redes sociales. "Vas a ver Top Chef. Y lo sabes". Pues no. Hay vida más allá.  Por suerte, Jordi Évole revolucionará el famoso meme con una entrevista al cantante (de verdad) en su primer programa de la temporada.  Porque todo tiene su vuelta de tuerca, incluso el meme más sobreexplotado. 

@borjateran

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