OPINION

Ana Torroja y Bertín Osborne: cuando grabas en un edificio que acaba de incendiarse

Ana Torroja con Bertín Osborne en Gran Vía
Ana Torroja con Bertín Osborne en Gran Vía
Ana Torroja con Bertín Osborne en Gran Vía
Ana Torroja con Bertín Osborne en 'Mi casa es la tuya'

El pasado 24 de abril la madrileña Gran Vía se despertaba con un humo negro sobre su cielo. La azotea del edificio más moderno de la avenida, en el número 48, estaba ardiendo. Sólo unas plantas más abajo, en uno de los apartamentos de lujo que acoge este inmueble, estaba alojada Ana Torroja. La cantante de Mecano esperaba la visita de Bertín Osborne para la grabación de su programa de Telecinco Mi casa es la tuya.

El fuego fue sólo un susto, no hubo que lamentar heridos. Pero, como el resto de los huéspedes del edificio -diseñado por el arquitecto Rafael de La-Hoz Castanys-, Torroja fue desalojada. La grabación se paralizó y la artista tuvo que pasar la mañana en un restaurante de la cadena Vips, situado en la acera de enfrente.

El día siguiente, las fuerzas de seguridad vieron que no había ningún peligro y permitieron al cuantioso equipo técnico de Bertín Osborne no retrasar la grabación y rodar dentro del inmueble, aunque el bloque de apartamentos de alquiler todavía estaba vacío de huéspedes. Y así fue. Un edificio fantasma para el programa de Telecinco.

Aún con olor a quemado, Mi casa es la tuya realizó una edición exclusiva. Pocos espacios logran una charla con Ana Torroja. Menos aún, colándose en el hogar que cobija a la artista. Aunque sólo sea por un puñado de días.

Pero, anécdotas de incidentes aparte, el acierto táctico de la creatividad del programa está en sacar a Bertín Osborne del hábitat tradicional de su programa (mansiones en urbanizaciones de lujo) para llevárselo a un contexto con el que la audiencia identifica a Mecano, como es el ruidoso corazón de Madrid.

Imagen de 'Mi casa es la tuya' con Ana Torroja
Imagen de Mecano en 'Mi casa es la tuya' con Ana Torroja

Así Mi casa es la tuya coloca a su invitada en el mismo lugar en el que es añorada en la nostalgia colectiva y, además, posibilitando crear una trama con identidad diferenciada con otros capítulos. En esta ocasión, Bertín cambia el campo por la urbe. Es el truco del formato de la productora Proamagna: enriquecer la entrevista con detalles que intentan frenar el desgaste de la monotonía.

Y esta vez el detalle, situar la acción en un piso con vistas al mar de tejados de la gran capital, enriquece el programa hasta dar en la poderosa diana del recuerdo de un espectador que tiene mitificados los años de Mecano como aquel grupo urbano que respiraba Madrid y cantaba aquello de Quiero vivir en la ciudad.

Un innovador grupo que supo utilizar la televisión para venderse al mundo con carismáticas puestas en escena temáticas. Disfraces e interpretaciones de Ana, Jose y Nacho que impulsaban cada composición y que, sobre todo, lograban retratar el sentir de una generación sin parecerse a nada ni a nadie.

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