ANÁLISIS

Apagar Twitter, la otra estrategia que ayudó a Biden

El candidato demócrata, Joe Biden
El candidato demócrata, Joe Biden
EFE

Apagaron Twitter. En la cuenta atrás de las elecciones norteamericanas, los estrategas de la campaña de Biden decidieron bajar la exposición en la red social que congrega el debate político. Se mantuvieron alejados de la tentación del 'retuit'. "Sabíamos que el país estaba en un espacio mental diferente al que las redes sugieren", explican. Cierto es, y supone un problema del que también se van percatando los medios de comunicación: lo que se comenta en las redes no se debe extrapolar al debate social real.

En este sentido, a menudo, hay temas que proyectan grandes dosis de ruido en Twitter y, sin embargo, no representan un debate que exista en la generalidad de la sociedad. Pero el propio universo mediático lo puede amplificar y convertirlo en masivo al poner el foco sobre una minoría de 'tuits' ofendidos e incendiarios. Quizá sólo son dos docenas de comentarios, pero la velocidad con la que se consumen las redes amplifican su presencia hasta que el asunto parezca mayor. Twitter magnifica intensidades.

Sin embargo, los asesores de Biden disminuyeron su presencia en esta red social al entender que no representa a la complejidad de la sociedad. No todo es Twitter.

Pero, además, esta decisión esconde otra astucia de la última partida de la campaña demócrata: focalizar esfuerzos en Twitter también era alimentar el choque viral con los republicanos, provocando más salidas de tono de las ya habituales de Trump y sus satélites. Aminorar la presencia en la red social más informativa ha frenado cualquier atisbo de calentar aún más la incontinencia 'tuteara' de Trump. No tiene rivales con los que manchar debatiendo con el fango de la conspiración, así que sus tuits sólo retratan la avaricia del miedo a perder.

Y justo ha sido en la argumentación donde Biden ha intentado marcar la diferencia frente a su rival. Mientras que Trump se focaliza en su personalismo ególatra y hasta su petición de voto en el martes electoral consistió en una promoción musical sin ningún mensaje más allá de recopilar los pasos de baile del presidente al ritmo de 'YMCA', los demócratas han optado por el género de "vídeos emocionalmente bonitos" protagonizados por la coralidad de una sociedad anónima en donde se recalca que está ilusionada. Y casi sin rastro de Biden. 

Dos maneras opuestas de generar vínculos con dos tipos de votantes, pero donde un partido ha interiorizado que salía perdiendo si se contagiaba por la sobreactuación de las redes que no siempre representan a la realidad social. Tal vez porque también, así, entrando en su juego, hacían más grande a la bestia de Trump. Porque él sí es ejemplo de sobreactuación en ese Twitter que lo magnifica todo. Incluso a la propia visión de sí mismo de Donald Trump.

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