Operación Triunfo ya no irá los lunes. Las galas del concurso de Gestmusic y RTVE cambian al miércoles para, así, evitar los ensayos de la gala semanal en los domingos. Nueva ubicación y nuevo decorado para un formato que consiguió el pasado año resetear la nostalgia de su primera edición, adaptándose al nuevo tiempo que vivimos.
OT 2018 se realizará en el mismo estudio de televisión que el pasado año, en el Parc Audiovisual de Catalunya, pero no lo parecerá. Se ha optado por construir una nueva escenografía que otorgue más amplitud a un set de dimensiones ajustadas para la celebración de un gran talent show musical.
Las gradas del público se han pegado lo máximo posible a la pared del plató para exprimir todo el espacio que dispone este estudio, que ahora duplica casi la capacidad de asistentes tras acometer una reforma que ha incorporado nuevas puertas de emergencia que permiten acrecentar el aforo. Así casi 900 personas podrán asistir a la grabación cada semana en una escenografía que ha reubicado su escenario.
El escenario crece, más amplio y recuperando la clásica pasarela recta, con la emblemática pastilla central en el centro, rodeada de público de pie. De hecho, como en el viejo OT, el fondo escénico también juega con una estructura de andamios que son practicables y dan profundidad a las actuaciones del show a través de grandes pantallas de led, que son las protagonistas de las puestas en escena.
Este año, además, la escenografía incorpora tres pantallas que suben y bajan para dar más posibilidades a un escenario que está remarcado por una especie de arco triangular que, como si fuera un teatro, y en el que se proyectarán imágenes. Lo mismo sucederá en los lados de ese escenario principal, donde se ha añadido una curiosa y ornamental estructura de elementos grisaceos, al estilo casi de una especie de pirámide mexicana con empinada escalera central.
Estas moles sirven para cerrar los laterales escénicos y como estructura sobre la que se proyectarán imágenes con el formato mapping. Esto es una novedad artística que puede destacar o pasar desapercibida, pues la proyección puede quedar muy difuminada por la enérgica iluminación que demandan las cadenas para el prime time en España. En este plató con 400 focos, sólo destacará el mapping si cuenta con una capacidad abismal de fuerza lumínica o, de lo contrario, quedará desvanecido como sucedió con el suelo de Bailando con las estrellas. 8 proyectores láser intentarán envolver como merecen las diferentes actuaciones musicales.
Estas zonas laterales son móviles, digamos que se abren, para que puedan entrar y salir las escenografías u otros elementos del plató. Lo que sigue siendo un hándicap en lo que a realización televisiva se refiere, ya que el "decorado" no cuenta con las suficientes entradas y salidas diáfanas para introducir cámaras móviles con sencillez, como la steady cam, lo que merma las posibilidades visuales del show. No obstante, esta debilidad que en parte se repite, ya fue suplida en la pasada edición con la incorporación de cámaras en grúa por el realizador Jordi Vives, lo que dotaba de más movilidad a los tiros de cámara. En esta etapa, se da un paso más allá y se estrena una spidercam, que vuela sujetada en la tensión de cuatro cables. Esto posibilita una versatilidad de espectaculares planos aéreos que, además, no ocupan espacio en el limitado suelo plató.
Al otro lado de la pasarela, se mantiene un logotipo gigante de OT que presidirá la zona de concursantes y presentador, Roberto Leal. El jurado, por su parte, pasa a un lateral, con una mesa móvil con pantallas para que puedan ver bien el primer plano de los participantes.
Mientras que la Academia mantiene su esencia, el plató de Operación Triunfo intenta suplir y aprender de carencias de la pasada edición, donde el set era demasiado reducido y dificultaba la posición de las cámaras, así como frenaba la posibilidad de jugar con llamativas puestas en escena.
OT 2018 ha mejorado su plató en las galas con una escenografía que, sobre todo, recupera la recordada personalidad de las primeras ediciones del mítico talent show. Con su pastilla central, con su pasarela recta, con sus andamios en los que bailar y tambalearse. Un set que nos recuerda esa magia de la televisión que consigue convertir un mismo espacio escénico en gigante o minúsculo dependiendo de las perspectivas con las que se diseñan los "decorados". Con esa ilusión escénica, este OT pinta mucho más grande, ahora habrá que ver si los concursantes llenan ese escenario.
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