ANÁLISIS

Así ha adelantado Francia a España en 'Eurovisión Junior 2020'

A priori, Soleá tenía todo para ganar. La intérprete de 'Palante' ha quedado tercera gracias al televoto, que han movilizado los eurofans españoles.

Valentina ganadora 'Eurovisión Junior 2020'
Valentina ganadora 'Eurovisión Junior 2020'
Borja Terán

Francia ha ganado 'Eurovisión Junior 2020' con Valentina y su explosión de luz y color. Es en lo que ha fallado a España, que contaba con una propuesta con aparentemente todo para destacar frente al resto de países participantes: una pequeña cantante con un talentoso arte, Soleá, que otorga una fuerza especial a una canción, 'Palante', que reúne la  ingeniosa combinación de explosión de optimismo, ritmo y carácter folclórico made in Spain que, además, no se parecía a nadie de la competición.

Al final, Soleá se ha quedado con una buena tercera posición, que ha alcanzado especialmente con ayuda del televoto español. Y es que en 'Eurovisión Junior' nos podemos movilizar y España es uno de los estados con fans más fieles al eurofestival. Sin embargo, a nivel europeo la puesta en escena para envolver la actuación ha podido jugar en contra de la visibilidad de Soleá por oscura, fría y sin concepto, el talón de Aquiles de España en el eurofestival adulto que, sin embargo,  TVE defendió bien el pasado año con Melani y 'Marte'. En cambio, en 2020 ha faltado que 'Palante' narrara una historia sin desorden visual de elementos inconexos (monopatines, trozos del muro de Berlín...). Incluso se ha restado misterio a la canción, pues el suspense del arranque del tema se ha diluido al descubrir a Soleá antes de tiempo. La canción tenía esa expectación, pero la luz, la coreografía y la realización de la actuación ha frenado la magia del quejío inicial. Con lo importante que es crear esa atmósfera de suspense en televisión...

Pero el tema en sí y la elección de Soleá ha sido una excelente candidatura. De ahí que haya quedado en tercera posición. La inteligencia de 'Palante' ha estado en que reúne la travesura infantil con la calidad adulta. La mezcla consigue que el pegadizo tema sea transgeneracional.

Nos ha faltado elegir un envoltorio que conectara con la calidez multicolor que representa la cultura española y las raíces de Soleá en la propuesta escénica que se grabó hace unas semanas en el Estudio 5 de Prado del Rey. Así lo ha hecho la ganadora Francia, que ha optado por una apoteósica luminosidad y unas coloristas proyecciones para impulsar la figura de su pequeña artista y llamar la atención de Europa con un estallido de felicidad en un año de lobreguez e incertidumbre. Es más, ha utilizado toda la iconografía aspiracional francesa (con irrupción de la Torre Eiffel inclusive, para variar) para crear una recordable postal durante la interpretación de la canción, 'Jiimagine'. Objetivo conseguido.

La crisis sanitaria ha obligado a reinventar la dinámica del eurofestival mini. Todas las actuaciones estaban pregrabadas. La mayoría en los países de origen de los participantes que han reproducido un similar escenario. Lo que, a priori, resta imprevisibilidad al show porque al estar las canciones pregrabadas no dan lugar a esa imperfección del nervio del directo. Los estados, por tanto, podían repetir hasta escoger la mejor toma.

No obstante, en la emisión en directo esta anomalía del concurso no se ha notado más allá de las conexiones virtuales con los diferentes países, cada uno con una green room hecha a media en cada tele que representan.

El estado organizador, Polonia, donde 'Eurovisión Junior' es un fenómeno social -por eso ganan tanto- ha realizado la introducción, presentaciones y recuento de votos desde un un plató tradicional, de dimensiones no demasiado grandes, en vez de como es habitual en un gran estadio. Lógico, al no contar con actuaciones en vivo y no poder asistir público masivo. El acierto es que la escenografía ha disimulado el bajo techo del ajustado estudio de televisión con lámparas de luz ornamental en la parte superior que coronaban el set y creaban un techo orgánico, más bonito. Además, para dar más viveza, se ha incorporado realidad aumentada que ya empieza a introducirse con más intensidad en los talents shows para crear universos imposibles en el desarrollo de las puestas en escena de las actuaciones. Aunque la realidad aumentada sólo funcionará bien si se complementa con atrezo clásico e iluminación teatral de la tele tradicional. 

En el caso de 'Eurovisión Junior 2020', esa realidad aumentada ha creado un ecosistema infantil para sugestionar de más movilidad a los fondos de plano en determinadas presentaciones y, así, paliar que este 'Eurovisión' no ha sido tan 'Eurovisión' como otras veces sin el ruido y calor de la emoción de los eurofans acogiendo a los participantes y al propio programa.

Y, así, en un festival sin grandes fanfarrias, Valentina ha destacado probablemente porque ha logrado convertir 'Eurovisión Junior' en la fiesta de colores que es. Hasta utilizando los iconos más tópicos y manoseados de Francia para sumar puntos por la vía fácil. Ay, toda la colorista iconografía española que podía haber utilizado TVE con Soleá para animar al resto de países a moverse al compás del arte de vivir 'Palante'. Justo así, celebrando con color y baile, 'Jiimagine' de Valentina ha hecho olvidar, al menos un poquito, que esta edición del eurofestival junior más que una gala espectacular ha sido un desfile de conexiones virtuales y videoclips pregrabados.

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