OPINION

Belén Esteban y la rápida fecha de caducidad del valor televisivo de la exclusiva de boda

Belén Esteban en Sálvame
Belén Esteban en Sálvame

Sólo siete días después de su boda. Sólo una semana después de su cacareado enlace, Belén Estaban ya estaba sentada en el sofá de 'Sábado Deluxe'. No había tiempo que perder, pues la fuerza de las exclusivas caduca cada vez antes.

El espectador de la tele-realidad del corazón ansía rápido la entrevista con la protagonista o la intensidad de la expectación por la trama decae. La televisión vive una agitación en el que ya no hay tiempo ni para irse de 'luna de miel', a no ser que se retransmita en directo y sea en Cayo Paloma.

Y Belén Esteban sabe que su obligación es contar su vida bajo los focos de los platós. No puede ni quiere decepcionar a la productora y a la cadena de la que es arte y parte. Es su trabajo y, en este cometido, es una empleada de diez. No sólo narra a todo detalle su felicidad sino que también incorpora el chute necesario de dramatismo favoreciendo tramas paralelas. Algunas incluso dignas de capítulo de 'Black Mirror'.

Porque la Esteban se actualiza con el tiempo. Su vida ya cuenta hasta con hackers que toman el control de su teléfono y a los que habla mirando a cámara, claro. Porque ella desafía al hacker con un instinto de folclórica apabullante. 

Así crea frases para la posteridad que se 'retuitean' con ímpetu por un público que se identifica con ella o, al menos, que se ríe con ella. Como consecuencia, la versión nocturna de 'Sálvame' brilló el sábado con un excelente 20,3 por ciento de share y 1.716.000 espectadores. A pesar de olas de calor, Esteban congregó al personal para relatar su boda y, como no había excesivo conflicto para rellenar tanto tiempo, se terminó debatiendo sobre los daños colaterales de la exclusiva y los paparazzi. Los propios entresijos del mundo del corazón como protagonista de un hábil 'Sálvame' que saca jugo del secano.

El espectador cada vez quiere más y más rápido. La televisión tradicional vive más que nunca de los acontecimientos en directo. Una entrevista con la cabeza de cartel de una boda mejor si no se demora demasiado. O el tema se queda viejo para el interés del público y el máximo rendimiento de la cuota de pantalla.

A  este paso, lo suyo es que la próxima boda de postín sea emitida directamente con 'Sálvame'. Es la conquista que le falta y conseguirá Telecinco: quitar las primicias de las fotos a las revistas de siempre y hacer un reality de las bodas de los famosos en directo. Tiempo al tiempo. Sin reality, ya no hay paraíso en prime time.

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