OPINION

Belén Esteban ya es la James Corden española (eso sí, al estilo de Sálvame)

Belén Esteban Los Javis
Belén Esteban Los Javis

Si James Corden tiene su "Carpool Karaoke" donde pone a cantar sobre ruedas a las grandes celebrities de la música, Sálvame ya tiene su "Belén a bordo". No es lo mismo, ni parecido. Aquí no cantan, por suerte.

Belén Esteban, con un año de experiencia en las carreteras de España -bueno, en las carreteras de su pueblo- ejerce de conductora y, de paso, entrevista a ilustres. Los primeros han sido los directores de ficción Los Javis, Javi Calvo y Javi Ambrossi. Son pareja, residentes en Madrid y han dirigido Paquita Salas y La Llamada, además de contar con larga trayectoria en el mundo de la interpretación y ser profesores de OT.

Y de eso, de repasar un poquillo su currículum, ha sido la primera entrevista en coche de Belén Esteban. Ella se ha estudiado muy bien la documentación de los invitados para ejercer de amable y simpática anfitriona en un coche que conduce con cierta inexperiencia en la carretera pero, al mismo tiempo, muy curtida en televisión.

Esteban ya es una hábil profesional de la televisión que no sólo ha interiorizado lo que necesitan los programas para los que trabaja, también ha asimilado lo que espera de ella su televidente habitual.

Y se lo da.

Pero no sólo del espectador habitual de Sálvame vive Telecinco. Así que Belén a bordo es una sección ideal para ampliar espectro de visibilidad, pues la propuesta es sencilla de compartirse, comentarse y directamente verse en las redes sociales. Breve, fácil de consumir en cualquier soporte y perfecta para que se hable de un programa que necesita impactos puntuales para seguir estando en el mapa.

Una nueva sección para que se hable del programa y Sálvame llegue a un público más allá de sus feligreses habituales. Los Javis, de hecho, ni siquiera son conocidos por las señoras asiduas al corrillo de Jorge Javier, Paz Padilla, Carlota Corredera y lo que surja.

Los programas largos deberán fragmentarse para llegar a públicos también de los consumos en diferido. Belén a bordo es un primer paso, pero insuficiente porque Telecinco empieza a ser demasiado previsible y conservadora en contenidos. Vamos, lo que viene a ser la antítesis de las artes con las que construyó su éxito. 

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