OPINION

Broncano no es pionero en preguntar por el dinero ajeno: ellas sufrieron antes la pregunta incómoda

Ana, Enrique y Ana
Ana, Enrique y Ana

"¿Cuánto dinero tienes?". Es la recurrente pregunta incómoda con la que se ganó una visibilidad extra 'La Resistencia' desde sus inicios. Una cuestión que otros no se atreverían a lanzar, pero que la corrosión de Broncano suelta como ese golpe diario que diferencia su show del resto de los programas y que le visibiliza sobre los demás canales. Buena idea.

"¿Cuánto dinero tienes?" incluso permite realizar un ranking con los invitados más ricos, lo que propicia una trama transversal que evoluciona a medida que avanza el programa. Requetebuena idea, pues. Y Broncano ha lanzado la pregunta de marras a todos sus invitados. Bueno, a casi todos. Porque omitió tal impertinencia a su ídolo Roger Federer. No tuvo el tiempo suficiente para abrir el melón de la cuenta bancaria.

"Cuánto dinero tienes" es una de tantas 'brillanteces' del guion de 'La Resistencia' para definir con fuerza el tono del programa. No es un late-late night al uso, quiere ser un contra-late-night. Y el equipo de la productora El Terrat consiguió definir esa identidad aparentemente gamberra con acciones como esta de la pasta que tiene cada invitado, a la que luego se añadió el "¿cuánto sexo has practicado este mes?". 

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'La Resistencia' ha aprovechado el resquicio de un tiempo en que las entrevistas televisivas se han ido ganando protocolos para no molestar. Pero no siempre fue así. De hecho, hace décadas, en una televisión más ingenua, se preguntaba al invitado sí tenía mucho dinero y no chirriaba. Incluso a niños artistas.

Así sucedió cuando en '625 líneas' se preguntó a la pequeña Ana, de Enrique y Ana, si había ganado mucho dinero con su éxito en el mundo de la música. Nadie puso el grito en el cielo. Es más, la niña cantante, de solo 9 años, tuvo habilidad de esquivar la pregunta y contestar con su candidez...

No sólo contestó una vez al cuánto dinero tienes. Hubo que repetir la escena varias veces y respondió, como si fuera la primera toma, de nuevo a la pregunta incisiva, que tanto quería saber el indiscreto espectador.

Era una televisión con mucho guion. Y en la que todo se repetía, a veces, hasta más de la cuenta. Aunque estuviera bien la primera toma, pero para que se viera mejor la cara de la protagonista se debía volver a grabar. Y la propia Ana, que ya se sabía el guion, ayudaba a la gran presentadora Mari Cruz Soriano.

Rosa María Sardá, que se adelantó a Ellen DeGeneres como absoluta cómica protagonista de un programa de comedia y entrevistas, también fue por delante de Broncano a la hora de incidir mordazmente en los ingresos de los invitados alguna que otra vez. O que se lo pregunten a Mayra Gómez Kemp, que en plenos años gloriosos del 'Un, dos, tres... responda otra vez' se quejó de que no ganaba tanto como quisiera (... cobraba bastante menos que los presentadores hombres, como Joaquín Prat, a pesar de ser la maestra de ceremonias del programa más importante de la cadena)

¿Todo está inventado en televisión? No. Broncano lo ha demostrado. Se ha creado una proyección mediática gracias a la invención de un sello propio muy bien definido. También a la hora de crear una iconografía en forma de, por ejemplo, una reconocible pregunta por reiterativa e incómoda, que los  invitados ya se llevan preparad de casa. Ha marcado bien su estilo, aunque la pregunta no fuera tan innovadora. Porque, de siempre, en la televisión -y en la vida- ha gustado mucho eso de intentar saber ¿cuánto dinero tienes?

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