OPINION

El homenaje a Cecilia y la invisibilidad de la música en Televisión Española

Ana Belén protagonista del último plano del concierto homenaje a Cecilia.
Ana Belén protagonista del último plano del concierto homenaje a Cecilia.
Ana Belén protagonista del último plano del concierto homenaje a Cecilia.
Ana Belén protagonista del último plano del concierto homenaje a Cecilia.

Es complicado esquivar la lágrima en los segundos finales del concierto homenaje a Cecilia. Sucedió el pasado 9 de noviembre, en esa misma fecha que ella misma apuntaba en su Ramito de violetas, pero TVE se guardó la grabación para emitirla en Navidad, época en la que la cadena pública aprovecha para situar sus especiales musicales. Y el recuerdo de Cecilia es perfecto para estas fechas de emociones. Aunque, en realidad, el recuerdo de Cecilia es perfecto para impregnar de emoción cualquier fecha.

Sin embargo, el homenaje a Cecilia llegó a la programación de madrugada y prácticamente sin avisar. Lo que ha despertado lógicas críticas. Mal horario para un concierto solidario -con el autismo- en el que Cecilia reunió a artistas de diferentes generaciones. Cecilia juntó a la diversidad que sostiene la talentosa música española: Amaral, Miguel Ríos, Víctor Manuel, Ana Belén, Mikel Erentxun, Sole Giménez, El Consorcio, India Martínez, Christina Rosenvinge, Vega, David de María, Javier Álvarez, Coque Malla, Diana Navarro, José Mercé, Marilia, Alondra Bentley, Virginia Maestro, Zenet, entre otros.

Cuatro generaciones de músicos en un irrepetible tributo al legado de Cecilia, con composiciones que siguen retratándonos sin paliativos cuatro décadas después. Pero TVE no lo emitió en prime time, como hizo con otros programas musicales que van del tradicional especial de Nochebuena de Raphael a la gala promocional de lo nuevo de Alborán.

Pero la diferencia entre el programa de Raphael y el concierto de Cecilia está en justamente eso: no era un programa de televisión, era un concierto. Un recital de gran valor pero que no ha sido concebido para la televisión. A pesar de que se han introducido en el escenario elementos de puesta en escena e iluminación con cierto toque televisivo y que la edición posterior favorece un hilo conductor emocional -con imágenes de archivo del paso de Cecilia por TVE-, la realidad es que en este concierto la televisión asiste como agente externo. Sin posibilidad de plasmar una estructura de guion pensada para la televisión.

No pasa nada, en el servicio público de TVE también está documentar estos acontecimientos y mostrarlos al mundo. De hecho, debería hacerlo más. Mucho más. Y, en esto, el horario de emisión ya es lo de menos, pues la ventana de estos programas-evento ya debe estar en el servicio bajo demanda, "a la carta", de la cadena pública.

Los horarios de programación ya son un problema del pasado

El reto está en divulgar bien que existe el contenido a disposición del público en RTVE.es, presentándolo de una forma atractiva y no sólo lanzándolo a la web. Cada oferta, debe ponerse en valor y darse a conocer con acciones diferenciadas. Esta es una de las asignaturas pendientes, la otra es que La 2 cuente con un programa contenedor de emisión de conciertos. Es decir, que sitúe en su programación una cita semanal en la que se emitan siempre conciertos, ya sean artistas de masas, independientes; ya sean nacionales o internacionales. Es la forma de fidelizar un espectador con un interés en un horario. Mejor aún si se crea un envoltorio televisivo que genere la percepción de acontecimiento, lo que facilita que se sumen otros espectadores que a priori no están interesados en este contenido y que incluso, de esta forma, pueden incluso terminar descubriendo a artistas que desconocían. 

Porque TVE debe volver a apostar con ímpetu de la música. De toda la música, no sólo de la que mueven las principales discográficas. La cadena pública no puede quedarse fuera de un tiempo en el que los festivales de música mueven a diversas generaciones con grupos que van más allá de "los de siempre",  esos en los que se obceca la televisión. En este sentido, está produciendo ideas interesantes en su plataforma Playz que, de nuevo, son invisibles, no se comunican con la creatividad que merecen.

En cambio, en los años setenta, TVE sí proyectó la carrera de Cecilia. Cuatro décadas después, su carisma, sus letras, su sensibilidad y su compromiso llenaron un concierto que no necesitaba más parafernalia que las versiones de Nada de nada, Canción de Amor, Desde que tú te has ido o Me quedaré soltera, entre tantas otra, que ya son imprescindibles. No obstante, a nivel televisivo, faltó cierto hilo argumental para crear una historia transversal que explicara con mejor compás el significado de Cecilia en un horario de máxima audiencia.

Por suerte, la realización de TVE, a cargo de Pilar Ávila, consigue trasladar al espectador a ese Palacio de Congresos, lugar en el que se realizó el concierto, enriqueciendo la experiencia visual del televidente con una elegante y ordenada propuesta visual. Y, además, cuidando la sensibilidad del colofón final a través de un desenlace en el que es la propia Cecilia la que se despide y se marcha. Su imagen, diciendo adiós a los asistentes en la grabación del cierre del programa A su aire en 1974 se enfrenta, gracias a la pantalla partida, con la mirada de los cantantes que acaban de realizar su tributo en 2017. En ese último plano, lucidamente elegido, la emoción de Ana Belén nos refleja a todos. 

Ana Belén, emocionada en el homenaje a Cecilia
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