Sensacionalismo de los noventa

Cristina Tárrega, regreso al pasado mal

A veces, es complicado imitarse incluso a uno mismo.

Cristina Tárrega en el comienzo de 'Animales Nocturnos'
Cristina Tárrega en el comienzo de 'Animales Nocturnos'
Borja Terán

Hay decisiones televisivas que son inesperadas. Incluso impensables. Telecinco ha dado luz verde a un programa de llamadas telefónicas con Cristina Tárrega. Como si de repente la cadena de Mediaset quisiera convertirse en una tele local en plena explosión hortera de los años noventa. Justo cuando los programas de testimonios lacrimógenos ya no funcionan, porque la audiencia no se los cree y valora entrevistas sin ese toque de paternalismo sensibloide, retorna Tárrega para hacer lo mismo que hace veinte años. Pero ni la sociedad ni ella misma son iguales que hace dos décadas. Aunque parece que no se ha percatado de ello.

Para empezar, el gran problema del formato estriba en que el show ha vuelto olvidándose de los motivos por los que triunfó antaño: la intimidad.  El recordado 'Sola en la ciudad' de Telemadrid definía a la perfección el clima para favorecer el vínculo entre presentadora y la llamada telefónica. Así, se cuidaba la luz de un plató visto a través de una cámara que se situaba muy cerca de la presentadora y que, para dar dinamismo, se iba moviendo a su alrededor.

Muy próxima, Cristina Tárrega no perdía la mirada del objetivo de esa cámara hasta cimentar un lazo de conexión con su público desde un estudio  que simulaba un ventanal sobre la soledad de la gran ciudad. Estaba bien construida la atmósfera escénica. En cambio, en este remake libre llamado 'Animales Nocturnos' se opta por una gélida realización al estilo del magacín con sus pantallas partidas, sus planos lejanos y colaboradores que entran desde un decorado virtual de otra era. Y el decorado es el mismo que el de 'Sálvame', reutilizado por enésima vez. Así no hay casi riesgo económico para Telecinco. Todo sucede en el mismo lugar, aunque eso merme las cualidades para el éxito de sus nuevos programas. 

Un regreso al pasado mal, en todos los sentidos. Se ha intentado evolucionar el formato de llamada telefónica aderezándolo con personajes de los realities de Mediaset, algún que otro colaborador estelar y muchas llamadas en formato videollamada para enriquecer las historietas que narran aquellos que participan. Pero, en este caso, ver la imagen del espectador que llama resta misterio al formato. No te puedes imaginar cómo son y les ves emperifollados para salir en Telecinco, lo que proyecta más la sensación de estar todo preparado y falseado. Tampoco los temas, pasadísimos. Por ejemplo, el segundo programa arrancó con uno que quiere ser vidente. Más tarde, la explicación de una señora que dice estar siendo infiel a su marido con una vecina y, después, una novia a la que le molesta la suegra. Muy de programa de testimonios en 1997 con clichés ya superados socialmente. 

Cristina Tárrega controla la situación, intenta desafiar el directo con descaro y su forma de entender la ironía. Pero los comentarios representan a una sociedad en los noventa, no del 2020. "¿Quieres una novia para que te haga una tortilla de patata y te haga la compra?" dice a un señor que llama buscando estabilidad en el primer programa. No se entiende si esta afirmación machista la dice con sorna o porque lo ve normal. Que cada uno elija, pero de por sí 'Animales Nocturnos' parece una involución televisiva. Porque la tele de hoy no necesita poner música de saxo cuando se habla de sexo, la televisión de hoy ha avanzado más allá de la compasión sobreactuada que trata con cierto paternalismo al espectador. 

'Sola en la ciudad' encajaba en un Telemadrid que buscaba la cercanía dentro de una ciudad en la que se suele ver todo en clave nacional. Lo consiguió porque se dotó al programa de rituales televisivos para proyectar la compañía en la soledad de la noche. Luego, Tárrega fue creciendo y su personaje se fue haciendo más freak con 'Territorio Comanche', también en Telemadrid. Sus entrevistas se iban despegando de la realidad social. Ahora, ha vuelto con un formato sin demasiada exigencia por parte de la cadena. Casi como si fuera un parche de relleno. Su contenido retrógrado y espeso, junto con sus retales de atrezo colocados de mala manera en el decorado de 'Sálvame', hace que 'Animales Nocturnos' recuerde más a 'Mentiras Peligrosas' de Leticia Sabater, en aquel cutre Canal 7 que se hacía en un bajo en Arturo Soria, que a una gran televisión nacional del nivel que se presupone a Telecinco.

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