OPINION

'Buscando el norte': lo mejor y lo peor de la nueva serie de Antena 3

buscando el norte critica
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Ya se sabe. La televisión se nutre de corrientes cíclicas. Ahora tocan los conflictos norte/sur. Si triunfó 8 apellidos vascos, había que hacer una serie llamada Allí Abajo. Si funcionó la película Perdiendo el Norte, por qué no hacer una ficción en televisión con los mismos mimbres titulada Buscando el norte. Y estas cuatro producciones llevan intrínseco el mismo conflicto: el caos de enfrentarse a unas costumbres que no son las de tu hábitat natural ni tu área de confort.

Y de ahí, claro, surgen situaciones delirantes, aptas para la comedia. Este tipo de producciones llevan triunfando durante años en países de nuestro entorno, ahora también en España. Y ese ha sido el principal fuerte de Buscando el norte: retratar, a su manera, a esos españoles que, como en los años cincuenta, emigran en la actualidad a la caza de un futuro mejor. No siempre lo consiguen.

La serie ha arrancado con una especie de parodia de Españoles por el mundo, el programa que muestra a extranjeros que se han exiliado y viven en una felicidad de cuento. Estos primeros minutos han sido un acierto para disimular la casi siempre tortuosa presentación de personajes. Porque, sobre todo, Buscando el norte es una serie de personajes.

Destaca el elenco, liderado por unos entregados Antonio Velázquez y Belén Cuesta, a los que acompañan Jorge Bosch, Goizalde Núñez, Fele Martínez, Bárbara Santa-Cruz, Silvia Alonso y Elisa Mouliaá. Y también destaca Berlín, como coprotagonista vibrante y fotogénica. Las localizaciones reales aportan autenticidad y fuerza visual a la serie, que retrata a la perfección el particular frío hospitalario de la capital alemana.

El guion de este primer episodio no ha sido precisamente su punto fuerte, pero sí que se apunta que las tramas se comprometerán con este tiempo complicado que vivimos a través de la comedia cómplice.

Lo malo es que su premisa es menos reconocible y empática que un chiste entre vascos y andaluces. No todos los espectadores han vivido la emigración de cerca, si bien el guion suple esta carencia con una conexión constante con España. De hecho, no falta ni la tasca al estilo Los Serrano. Eso sí, ahora montada en Berlín, claro. Marcelino Pan y Vino, se llama. Los alemanes, por suerte, no entienden el juego de palabras. Ni falta que les hace.

Muchos espectadores tampoco han entendido la forma en la que la serie fuerza constantemente coincidencias entre sus protagonistas emigrados a Berlín. Por supuesto, las tramas de comedia deben alimentarse de conflicto a través de coincidencias, pero este primer capítulo de Buscando el norte ha contado con sobredosis de casualidades. Y ha chirriado en ese sentido.

La semana que viene habrá que ver si se consolida el éxito o el fracaso de esta nueva comedia. De momento, en el adelanto del próximo episodio, ya han cebado los desnudos de Antonio Velázquez y Elisa Mouliaá en una secuencia de sexo por webcam. La carne es la carne. Aquí y en Alemania.

@borjateran

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