OPINION

Cuatro razones del fracaso del 'Gran Hermano' de padres separados en Telecinco

emma gacia ex que harias por tus hijos
emma gacia ex que harias por tus hijos

El 'Gran Hermano' de padres separados no ha funcionado. De hecho, Ex ¿qué harías con tus hijos? se postula como el gran fracaso del verano. Ayer se quedó en un pobre 8,6 por ciento de cuota de pantalla. Telecinco, maestra en el genero de la tele-realidad, no está amortizando este campamento del verano que debía servir para inundar de contenido toda la parrilla. Al contrario, los conflictos y emociones de sus participantes no han conectado con el público. Y es que este programa nos ha enseñado cuatro errores que no debe cometer un reality de prime time:

1. Un formato pesado.

'Ex' es aburrido, espeso, sin el ritmo adecuado. Sorprende que la productora más experta en este tipo de formatos en España, Zeppelin, no haya sabido encauzar las riendas de un programa que al fin y al cabo podía haber sido un sucedáneo más de Gran Hermano, con personajes anónimos dando juego como lo dieron en otro espacio que sí funcionó en principio, La casa de tu vida.  El programa ha intentado potenciar el conflicto durante las últimas semanas, pero ya era demasiado tarde: el casting no funcionaba.

2. Enlatado.

Si se realiza un reality editado de la forma de 'Ex', no tiene sentido que sea un producto grabado. Las galas deberían ser en directo. También las conexiones con los concursantes en el 'resort'. Falta ese nervio de 'está pasando, lo estás viendo'. En definitiva, lo inesperado del directo. El programa no aprovecha el montaje para multiplicar el interés de las vivencias de los concursantes, sólo estira los conflictos de forma artificial. Y eso se nota.

3. La presentadora.

No nos engañemos. Gran Hermano sigue funcionando en gran medida porque, la ames o la odies, Mercedes Milá resulta indudablemente magnética y fascinantemente imprevisible. Lo mismo ocurre con Jorge Javier Vázquez. Pero no con Emma García, que es de otra estirpe. De una estirpe que no despierta pasión alguna, ni para bien ni para mal. Una comunicadora solvente, siempre correcta. pero incapaz de transmitir en prime time el carisma arrollador que necesita un programa como este para engancharnos más allá de sus concursantes y vídeos. Sólo cuando tiene un contrapunto al que 'chinchar' (como sucedió con Alfonso Merlos en Abre los ojos), García gana en espontaneidad y se quita su aureola de maestra ceremonias que viaja en el aburrido tren de lo políticamente correcto.

4. Sin historia

El casting no ha funcionado porque las parejas elegidas transmiten más interés por alcanzar la fama televisiva que en sus propios hijos. Faltan sentimientos, emociones y conflictos que contagien verdad. Además, en un prime time estival, la audiencia quiere evadirse frente a la pequeña pantalla de la forma más lúdica posible. Hasta el drama hay que tocarlo con una pizca de comedia. Más aún en verano. Y Ex ¿qué harías por tus hijos? se ha tomado demasiado en serio a si mismo.  Tampoco ha contado una historia con un desarrollo claro. Sólo se ha perdido en una maraña de parejas con ansias de protagonismo pero sin encanto para un público resabiado en tele-realidad. Porque, no nos engañemos, este reality parece hecho en 2004: en escenografía, en posición de cámaras y en escaleta.

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