ANÁLISIS

Cuatro supeditada a Telecinco: cuando la cadena principal se lleva tus éxitos

Simón con Jesús Calleja
Simón con Jesús Calleja
Borja Terán

Cuatro tiene un problema de entidad en su posición en el mercado audiovisual. Una de las dificultades para congregar un público fiel entorno a la emisora roja está en que su programación está supeditada al primer canal de Mediaset. Es decir, la estrategia de programación baila en torno a las necesidades de Telecinco.

Si 'Planeta Calleja' logra una gran exclusiva con un especial con Fernando Simón, Mediaset decide que el programa cambie su ubicación habitual en Cuatro por el prime time de Telecinco. Ahí lucirá más porque la ingeniería de programación de este grupo de comunicación está diseñada para sostener con más fuerza el liderazgo del primer canal, Telecinco.

Lo mismo sucede esta misma noche, cuando el debate con Carlos Sobera de 'La isla de las tentaciones' deja su posición planteada en Cuatro para instalarse en Telecinco. Los martes son una noche muy competitiva con propuestas como 'Masterchef' en TVE y 'Mujer' en Antena 3,  así que Mediaset no puede permitirse que esta velada baje la media de la cadena con un formato que en el segundo canal tampoco destacó lo suficiente la semana pasada porque sus tramas aún no habían cogido el vuelo social necesario.

Atrás (por ahora) queda la propuesta denominada por el propio Mediaset de 'televisión transversal', que simplemente es intentar arrastrar públicos fieles entre emisoras del mismo grupo. La jugada ha salido redonda con formatos como 'Supervivientes' y consiste en comenzar un programa de grandes audiencias en Telecinco y, después, cambiarlo a Cuatro. Así la compañía logra amplificar la maltrecha media de su segundo canal. El público no quiere perderse las novedades de su efectista tele-realidad y salta de cadena cuando se lo dicen.

Y por ahí Mediaset tiene un camino a explorar: ya que Cuatro está sometido a las necesidades de Telecinco, podría transformarse en una especie de 'Telecinco adolescente' con un tono de realities más jóvenes que sirvan de factoría de personajes para la cadena principal. Lo que además se traduce en un perfil de público muy atractivo para los anunciantes, que sigue vinculado desde los orígenes de la cadena. Pero esta línea joven también se desvirtúa con espacios como 'Cuatro al día' que no deja de ser una edición light de 'El programa de AR' en las tardes que repite prácticamente los mismos contenidos ya debatidos en la matiné de Ana Rosa Quintana.

Un Telecinco en versión juvenil

Para que Cuatro sea más competitiva funciona comunicar los grandes realities estrella de Telecinco con un prime time en este canal. Con esta táctica, se dispara a lo grande la audiencia de una noche de Cuatro y el público reubica esta cadena en su memoria, lo que puede atraer a este canal a nuevos seguidores sobre todo si se arma su parrilla con otros programas de tele-realidad más lowcost que permita crear rutina en un espectador complementario al que logra Telecinco. En este sentido, ya existen 'First Dates', 'Ven a cenar conmigo', 'Adivina qué hago esta noche' o 'Mujeres y hombres y viceversa', este último muy desgastado. Y es que ya no son lo suficientemente subversivos para captar nuevos espectadores y adentrarlos en la órbita de Mediaset. 

Mientras tanto, otros referentes asociados con la historia de Cuatro empiezan también a expandirse por Telecinco. Ahora es Iker Jiménez con su 'Informe Covid' el que se desdobla para apuntalar un prime time de los jueves en los que la serie 'Madres' con Belén Rueda necesita ayuda previa para no hundirse. Y ahí el equipo de 'Cuarto Milenio' hace su trabajo con el interés que provoca su mirada sobre la crisis sanitaria. 

Como consecuencia, Cuatro, aquella cadena que nació hace 15 años como un símbolo de modernidad, no logra una rutina clara en la cotidianidad del espectador. A ratos compite con La Sexta, a ratos imita a Telecinco, a ratos quiere tener personalidad propia y, al final, si tiene un éxito destacable se lo arrebatan para que vaya a la cadena de los éxitos. Porque, al final, Mediaset ha decidido -con cierta astucia- funcionar como un todo por encima de canales. Un todo en el que todo alimenta a Telecinco.

En tiempos de incertidumbre y ahorro de costes, los grupos de comunicación ganan protagonismo sobre sus cadenas y en televisión la marca madre es la que es el motor de rentabilidad. Aunque, cuidado, para que una compañía audiovisual sea más competitiva también es importante diseñar con paciencia una línea editorial que se asocie a cada uno de los miembros de la familia de canales. Es la mejor forma de sumar públicos amplios. Incluso a los que dicen no ver jamás Telecinco.

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