OPINION

El astuto plan de Netflix: de la ficción a la caza de la influencia informativa

Obama y Letterman
Obama y Letterman
Obama y Letterman
Obama, Letterman y sus confesiones.

No necesita presentación. Así se llama el nuevo programa de David Letterman, que ha regresado a la televisión dos años después del final de su legendario Late Show en la CBS. Y ha vuelto en Netflix. Con barba y con los aplausos de su público de siempre desde un teatro sin decorado.

La gran compañía bajo demanda de Estados Unidos sabe que no sólo de series vive la televisión y también va marcando el terreno en la producción de programas. Aunque, de momento, no está invirtiendo en magacines al uso o talent shows con fecha de caducidad, está apostando por formatos referenciales que buscan perdurar sin fecha de caducidad.

Es el caso del retorno de Letterman, que resurge para inmortalizar charlas para la posteridad, charlas pretendidamente históricas. Ha empezado esta semana con el ex presidente Barack Obama. Seguirá con el actor George Clooney, la activista Malala Yousafzai, el músico Jay-Z, la intérprete Tina Fey y el radiofónico Howard Stern.

Un programa que busca perdurar en el consumo del espectador. Como  una serie, para que el usuario de la plataforma pueda consumir a su ritmo, cuando lo descubra y, además, sin prisa para ser descubierto.

Eso sí, la diferencia con la series de la compañía está en que aquí toda la tanda de episodios no se lanza de golpe. No necesita presentación cuelga un capítulo nuevo cada mes, ¿por qué esa diferencia con la ficción?

Con episodios dosificados, con periodicidad mensual, parece evidente que Netflix se asegura cierta repercusión mediática, a nivel mundial, con los invitados de primera línea que consigue Letterman. Así, la plataforma alimenta más y mejor su implantación en diferentes estratos sociales, también entre los que no consumen ficción pero sí otro tipo de contenido más cercano al género documental o informativo que es más accesible para el gran público si está pasado por el filtro de la comedia.

Netflix no baja la guardia, sigue nutriendo su catálogo. También sumó en septiembre, por ejemplo, un especial de Jerry Seinfeld. Letterman, Seinfeld... clásicos norteamericanos que crean expectación con su reaparición y reencuentro con su público.

Es el golpe de efecto made in Netflix, compañía que entiende la importancia de marcar percepción de éxito construyendo lazos con el espectador a través de una marca bien diferenciada de las cadenas tradicionales. Lo intenta con contenidos que se conservan emocionalmente frescos con el paso del tiempo, aunque estén marcados por el vaivén de la caduca actualidad. 

Más aún con un Obama que se las sabe todas y, al ver las cámaras esperando la marcha del ex presidente y el presentador tras la grabación de la entrevista, termina el especial diciendo: "De esta forma, podrán crear un momento enternecedor".  Y toca conscientemente la espalda al venerable Letterman, regalando el emotivo plano final perfecto a Netflix. Y, de paso, logrando un entrañable momento histórico para la posteridad.

Letterman y Obama
Mostrar comentarios