OPINION

Del primer 'La 2 Noticias' a Buenafuente: la fuerza de la televisión artesanal

Buenafuente
Buenafuente

¿Cómo se logra la autenticidad en la televisión del futuro? En tiempos en los que la tecnología arrasa con todo, la artesanía marcará la diferencia del producto televisivo.

En la actualidad, la mayor parte de los programas caen en tendencias internacionales que propician que, visualmente, casi todos los formatos sean muy parecidos. Casi no hay diferencias contudentes entre las escenografías y grafismos de los distintos géneros. Tampoco  en las dinámicas de producción y realización.

Los espacios televisivos ya no se distinguen por su decorado o por su careta de arranque, esa sintonía que es la carta de presentación del programa o serie. Las cadenas y productoras prefieren seguir patrones establecidos, empezando por el auge de los clónicos fondos de pantallas de leds que presiden todos los platós. Lo que se traduce en un error en una época en la que por la saturación de contenidos los buenos formatos adquieren relevancia si afianzan un sello propio.

No es nada nuevo. Se puede conjugar tecnología con el oficio de las ideas más artesanales para enriquecer la premisa de tu proyecto. En 1994, 'La 2 Noticias' no realizó una cabecera con grafismo de informativo al uso.  En su lugar, se reunió una serie de monitores y se puso a una cámara a girar sobre sus pantallas. Una grabación en un set real en la que se incorporó con destreza sonidos y el logotipo del programa, que ya contenía unas posibilidades narrativas adelantadas a su tiempo. Así se fomentó una estampa que no se parecía a nada y que apuntaba maneras del objetivo de este espacio en el espectador: un informativo auténtico.

También en los comienzos de Andreu Buenafuente en TV3 se eligió un decorado con una gran profundidad, poco habitual en los reducidos platós de nuestra televisión. Este estudio simulaba una amplia azotea barcelonesa con una puerta de madera por la que entraban y salían sus invitados, como si fueran a tender la ropa. En aquella terraza incluso asomaban chimeneas que soltaban humo blanco. Real.

Andreu no eligió el típico fondo de late night norteamericano con un skyline de rascacielos e inventó un universo teatral que era perfecto caldo de cultivo para potenciar los giros del creativo guion de su programa.

En definitiva, estamos ante la tele que aprende de los trucos escénicos del papá teatro. 

Sense Títol amb Andreu Buenafuente (1995)
Sense Títol amb Andreu Buenafuente (1995)

Son sólo dos ejemplos que representan el ingenio que complementa y engrandece la técnica. No sólo en escenografía, también en iconografía que potencie el carácter de los programas. Por ahí van los tiros del porvenir del producto televisivo que destacará entre la marabunta.

Para sorprender al espectador y destacar ante la multitud, hay que saltarse el muro de los convencionalismos adquiridos y volver al oficio de la imaginación artesanal que el primer paso para que un programa sea más o menos genuino, transmita más o menos.. Un oficio que no es muy caro, pero que no está al alcance de todos. 

Mostrar comentarios