OPINION

Viaje al centro de la nueva sede de 'El Ministerio del Tiempo'

Precuela rodaje 'El Ministerio del Tiempo'
Precuela rodaje 'El Ministerio del Tiempo'

Tras perderme por una carretera en Arganda del Rey, diviso mi destino a lo lejos. Sus grandes cuatro columnas llaman la atención en medio de la nada. Es el antiguo centro emisor de Onda Corta de Radio Nacional de España. Me apeo del coche, miro hacia arriba. Impone. Su fachada podría protagonizar la típica mansión del terror de Disneyland París. Ya estamos aquí.

Abro uno de sus tres grandes pórticos, sigilosamente introduzco la cabeza. ¿Hay alguien ahí? Sorpresa, sí, hay otra inmensa puerta. Esta vez, de cristal. De traslúcido cristal blanco. Empujo. Es como una transición a otra era. Detrás, un inmenso hall que da paso a una colosal escalera de granito de esas que se abren en bifucarciones. Arriba, una dorada lámpara de araña me alumbra. Aunque no hace falta, pues el sol se cuela por los grandes ventanales.  Parece que este edificio quiso sentirse palacio, aunque sólo fuera un centro de máquinas de las antenas de la radio pública.

Hall del centro emisor de RNE en Arganda.
Hall del centro emisor de RNE en Arganda. Foto: Borja Terán

Voy subiendo los escalones. Da la sensación de que aquí el tiempo se ha parado. Al otro lado de la escalera, se divisa una gran sala plagada de libros. A la derecha, un baño. Entro cauto. En el espejo, un cartel pegado con celo dice "agua no potable". Esperanzador.

Centro emisor RNE en Arganda. Foto: Mediapro Studios
Centro emisor RNE en Arganda. Foto: Mediapro Studios

El lugar me resuena familiar. No obstante, se ha utilizado como escenario de diversos rodajes y la propia TVE ha aprovechado este edificio de su patrimonio como localización de especiales de 'Telepasión'. El más mítico se rodó a principios de los noventa con Ramón García ejerciendo de director de una romántica tele estatal de los años sesenta que probablemente nunca existió.

PALACIO RTVE EN ARGANDA
Centro emisor de RTVE en Arganda. 

Pero lo cierto es que este inmueble está olvidado. Prácticamente se transformó en el trastero de viejos enseres que RTVE no sabía dónde colocar en su histórica sede de Prado del Rey. Subo a la tercera planta. Me cruzo con Benito Pérez Galdós. Un momento, me he cruzado con ¡Benito Pérez Galdós!. Qué hace con un portátil en la mano.

Creo que he llegado a mi destino. Es el amplio nuevo despacho de Salvador Martí (Jaime Blanch). Ya estoy en la nueva casa de 'El Ministerio del Tiempo'. Ahora la sede no tienen bar, ahora no está cerca de Tirso de Molina, pero cuentan con un plató que es una localización real mágica. Nada de estudios con paredes de cartón-piedra. Incluso las puertas del tiempo están encajadas entre el arsenal de una sala con una especie de turbinas que debían de poner en marcha aquellas antenas gigantes.

Tras un rato sintiéndome perdido en un edificio con ecos de soledad, por fin me encuentro con Pablo Lara. Nos abrazamos. Porque todavía podíamos abrazarnos. Es el productor transmedia de la serie y el capítulo que se está rodando está escrito por él. Contagia siempre pasión. Su mirada entiende como pocos los nuevos consumos audiovisuales. Comprendió, cuando aún no todos lo comprendían, que las series pueden amplificar su experiencia de visionado con tramas que van más allá de las pantallas tradicionales. Y el espectador, más implicado, busca esa historia allá donde acontezca, sintiéndose involucrado en la evolución de la producción. De hecho, este episodio, que se rueda frente a mis ojos, no se verá por la tele de siempre, pero servirá de puente entre la tercera temporada de la serie y la nueva etapa que estrenará La 1 de TVE en breve. Cuando los daños colaterales del confinamiento lo permitan.

Pablo Lara, El Ministerio del Tiempo
Pablo Lara dando instrucciones.

El lunes veremos el resultado de 'Antes de que no haya tiempo', como se llama esta precuela de algo más de diez minutos que lanzará RTVE.es y que está producida junto al equipo digital de Globomedia (The Mediapro Studio). Tras casi tres años de parón, adentra a los ministéricos en el nuevo ministerio mientras una alarma temporal falla. Esperemos que no se quede paralizado el mundo. O quizá ya sea demasiado tarde.

Un capítulo que, además, atesora la aparición estelar de Manolo Cal, clásico de nuestra escena. No es detalle baladí, esta ficción creada por Javier y Pablo Olivares sabe la importancia de aprender de la experiencia de los clásicos. Su éxito es en buena parte fruto de la habilidad que contienen sus tramas y personajes para retratar nuestra realidad y sus circunstancias a través de la experiencia de la historia de este país. 

Y en esa historia de esta España nuestra ya, quizá, ni quisiera sea paradójico que en la ficción el 'Ministerio del Tiempo' sea recolocado en un edificio olvidado del estado que en la realidad es justamente eso mismo: un patrimonio relegado y desconocido de la radio televisión estatal. Se delata sólo desde la carretera porque su fachada original es presidida por unas letras gigantes de RTVE que, en verdad, se situaron ahí para tapar el hueco del que colgó un escudo franquista. El destino.

PODCAST ))) Escucha la entrevista con Pablo Lara:

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