OPINION

‘Doctor Mateo’, una serie que no se hace cuesta arriba

Los más de tres millones de espectadores que cada domingo ven 'Doctor Mateo' alaban los exteriores de la serie. Todos los actores del rodaje también coinciden en dos cosas. Lo gratificante que es rodar fuera de un plató y lo empinadas que eran las cuestas de Latres, pueblo en el que se grabaron  los exteriores de una serie cuyo séptimo capítulo emite el domingo Antena 3.  María Adánez, que interpreta a la panadera del pueblo en la serie, también habla de la fantástica experiencia que es grabar por un lado las secuencias de exteriores en Lastres (Asturias) y la de interiores en un plató en Madrid, en lugar de rodar cada capítulo de forma lineal. Sobre las cuestas María se alegra de que su personaje fuera la panadera “porque podía ir con botas de agua”. No sucede lo mismo con Natalia Verbeke “que tenía que ponerse zapato de tacón…”.

GONZALO DE CASTRO: Madre mía, no he visto en mi vida un pueblo con tantas cuestas. Es alucinante ir a Lastres, una localidad deliciosa, porque es un pueblo que está engastado en la roca, han colgado las casas, no te puedes imaginar lo que es... En la primera semana que estuvimos allí, todo el equipo estaba exhausto. Decías, “voy al puerto”, te asomabas, y el puerto parecía que estaba lejísimos, pero en realidad estaba a 100 metros ¡en vertical! Era tremendo, cuando grabamos los capítulos me fijaba en el guión si me tocaban muchos exteriores para calcular lo que me iba a tocar ese día subir y bajar (risas).

ESPERANZA PEDREÑO: Lastres es una localidad que está inclinada en una ladera, antiguamente era un pueblo ballenero y es muy bonito. Eso sí, para ir a tomarte un vino al puerto te tenías que poner las chirucas porque luego para subir al hotel imagínate (risas). El equipo que estuvo subiendo y bajando el material se lo han currado muchísimo. El paisaje es precioso y, por eso, tiene mucha presencia en las escenas de la serie, también siempre está muy presente el mar.

ALEX O’DHOHERTY: El pueblo es maravilloso, el rodaje fue idílico aunque para mí un poco duro porque también tenía ensayos de teatro a la vez y no pude disfrutarlo mucho porque yo iba, rodaba y me iba. Alguna tarde suelta fui a la playa y poco más, pero sólo estando allí se disfruta porque es increíble. Recuerdo las cuestas, los primeros días las bajaba, pero después, si no era para grabar, no lo hacía porque luego había que subirlas otra vez e intentaba que me llevara un coche. Había un restaurante al final del pueblo muy bueno, pero no volví porque el camino de vuelta era tan largo que perdías todo lo que habías comido (risas).

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