OPINION

El adiós de 'Los Simpson' que fulminó a 'Mujeres y hombres y viceversa' de Telecinco

Mujeres y hombres y viceversa
Mujeres y hombres y viceversa
Mujeres y hombres y viceversa
Seguro que están hablando de Góngora.

El fin de Mujeres y hombres y viceversa no ha sido pronosticado (aún) por Los Simpson. Pero la supresión de Los Simpson de su emisión en Antena 3 sí que ha favorecido la fulminación del programa de tronistas de la parrilla de Telecinco.

Así se escribe la historia: Antena 3 decidió retirar a la familia de Homer de su mediodía en pleno vaivén de la actualidad por el procés catalán. Entonces, en la cadena de Atresmedia se percataron de que alargando la duración de Espejo Público sus datos de audiencia matinales mejoraban. Como consecuencia, Los Simpson se quedaron en el canal juvenil Neox y Mujeres y hombres y viceversa, que ya no pasaba por su mejor momento, tras una década de éxito, empezó un declive mayor que afectó colateralmente a la propia Ana Rosa Quintana, que ya no competía en igualdad de condiciones con Sussana Griso.

Todo un efecto dominó que hace que la historia se repita. Si hace años, el programa de Ana Rosa cambió su horario de emisión de las 11 de la mañana a las 9 de la mañana ante el auge de un remozado Espejo Público, ahora, de nuevo, Telecinco mueve ficha: AR terminará a las 2 para competir con más fuerza con el magacin de Antena 3 e incluso con Karlos Arguiñano. Toda la mañana será de Ana Rosa. Una táctica con la que se pretende que por duración este formato sea el más fuerte del matiné.

Pero Telecinco no ha finiquitado del todo a Mujeres y hombres y viceversa. Los tronistas tendrán una nueva oportunidad en la maltrecha sobremesa de Cuatro. Franja de programación que desde hace años no encuentra un espacio a su medida. Tampoco pinta que lo será el de Emma García, pues no conecta con el ADN natural de Cuatro. Y es que en Cuatro los programas de buscar pareja triunfan más por su humor y por no tomarse demasiado en serio. Y sí, Mujeres y hombres y viceversa se toma demasiado en serio. Es más, no confía demasiado en la inteligencia del espectador.

Al final, Mujeres y hombres y viceversa reduce el amor a su vertiente más superficial. Lo hace minimizando los cánones de belleza a un único perfil con moreno de rayo UVA. En este formato, los chicos son todos musculosos y las chicas, recauchutadas, parecen clónicas.

Los protagonistas del espacio muestran un universo regido por el sexismo rancio donde sólo parecen existir gimnasios y discotecas. No “mola” salirse de ese “estilo de vida”. Y donde su presentadora, Emma García, se atreve a decir que allí "no son ni machistas ni feministas", como si fueran dos términos comparables...

Así se corre el peligro de que una parte del público interiorice como referentes unas dinámicas tan simplistas, en donde todos están cortados por un monotemático patrón, con ropa bien apretada en busca de un amor exprés en el que no se fomenta la imaginación o la creatividad y sólo se propicia la cita básica, de usar y tirar.

Mediaset no está para educar, aunque si debería tener cierta responsabilidad social y Mujeres y hombres y viceversa ganaría mucho mostrando realidades más diversas, enriquecedoras e identificables de la sociedad. Pero no lo ha hecho y, paradójicamente, ha sido la información lo que ha deteriorado su trono en Telecinco. Sólo podría salvar su segunda vida en Cuatro si se reinventara el formato y se apostara por un nuevo tono, en el que existieran realidades sociales representativas de la sociedad de hoy y no pomposidades de un universo frivolamente hortera en declive. Pero para ese drástico cambio de concepto de programa igual ya es demasiado tarde. Muy tarde. 

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