OPINION

El atrevimiento de Mercedes Milá

Mercedes Milá, Movistar Plus
Mercedes Milá, Movistar Plus

Mercedes Milá ha regresado al prime time. Esta vez, en Movistar Plus. Aunque, quizá, el término adecuado no es que ha vuelto a la televisión, sino que está volviendo a la televisión. Porque lo que muestra su nuevo programa es el proceso de un viaje que va de vaivenes emocionales a la reconfortante ilusión. Eso es 'Scott & Milá'. Scott es su perro. Milá es Milá.

Un programa que, en el panorama mediático actual, sólo tiene cabida en Movistar Plus, ya que Milá se atreve a mostrar un proceso que una parte de la audiencia no quiere ver por la tele. La vejez, la enfermedad, la depresión. Incluso muestra literalmente su caca a cámara para que el psiconeuroinmunólogo Xevi Verdague analice la calidad de la hez. Este tramo del programa no es apto para hipocondriacos que, a partir de ahora, no tirarán de la cadena de la misma forma.

Que Mercedes Milá muestre su caca es un atrevimiento que no asombra. Porque atreverse es una de las palabras que define de siempre a Mercedes Milá. Su atrevimiento a preguntar sin demasiadas autocensuras y con una naturalidad apabullante es su virtud. De hecho, esta característica es el sustento de sus grandes entrevistas, que nunca han diferenciado ni pedigrí del invitado ni formato catódico. Da igual que sea en 'El martes que viene', en 'Queremos saber', en 'Gran Hermano' o en 'Scott & Milá'. Mercedes pregunta, Mercedes aprende de su entorno. Y la televisión necesita aprender más de la realidad cotidiana que nos rodea. Tan importante, tan relegado en la actual multipantalla. Porque una buena historia no va unida a cargos o famas, va más pegada a las vivencias que nos empujan hacia algún lugar.

Y Scott tira de Milá hacia algún lugar. No sabemos cuál, quizá ni los responsables del programa conocen dónde terminarán, pero sí saben la manera en la guiar a Milá a través de un proyecto que cuida la realización para sumergir al espectador en una experiencia con encuadres esmerados y una banda sonora creada por Fernando Velázquez (Goya por un 'Monstruo viene a verme'). Lo que propicia una clímax especial del programa, que no utiliza músicas de archivo y marca el ritmo con la sensibilidad de una composición a medida.

Aparentemente, el problema de 'Scott & Milá' es que el espectador está resabiado de 'personality shows' de estas características. En este género, del documental centrado en una personalidad, el público prefiere descubrir más el lado oculto de personajes que desconoce que incidir en una comunicadora tan conocida como la transparente Milá. Que aunque no conozcas en persona, da la sensación de que conoces de siempre. Así que tal vez 'Scott & Milá' llega un pelín tarde a la televisión, pero lo que está claro es que ha aparecido en el instante exacto en la vida de Mercedes Milá. Y eso es lo que da relevancia e influencia al programa.

Al final, 'Scott & Milá' transmite una catarsis personal de una periodista de periodistas recuperando el punto exacto de su apasionada curiosidad incesante. Veremos qué rumbo va tomando este programa, producido por Zanskar (la compañía de Jesús Calleja y María Ruíz), que debería ser el paso previo lógico para recuperar a la Mercedes Milá de la emisión en directo. 

Después de esa catarsis personal, la televisión necesita también su propia catarsis con Milá tomando de nuevo el mando de un plató en directo. Ahí Milá se crece, ahí la tele se crece. Más aún en la cultura audiovisual española que premia la imprevisibilidad del buen directo a la tendencia global del docushow editado al milímetro. Ahora sólo falta que la tele, como suele hacer Milá, se vuelva a atrever. 

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