Sólo ha bastado un minuto y cincuenta segundos narrados en un plano secuencia con una Amaia tenue, pero tremendamente expresiva. "Os veo mirar a través del cristal, me da un poco de miedo", canta y sigue cantando aunque, en el videoclip, se quede callada. Su silencio hablado sigue comunicando. Con una risa final. La letra habla de una nueva realidad, quizá de esa gente que espera para analizarlo todo. Sin piedad.
Una carta de presentación que marca la diferencia, que define que Amaia Romero tiene muy claro hacia ese lugar, 'un nuevo lugar', al que quiere caminar con su talento que intenta lo más difícil: ser libre.
Para lograr esa libertad, su primera propuesta es inteligente. Porque es ciertamente libre. Incluso para indignar a los que se indignan. Tal vez está diciéndoles: si os decepciono, no pasa nada, os podéis ir. Lo hace con una serenidad que transmite algo así como: no estoy aquí para gustar a todos, estoy aquí para seguir creciendo sin empezar la casa por el tejado.
Así Amaia no va a parar de aprender. Ha lanzado su primera canción con una portada sin nombre, con un videoclip sin fuegos de artificio, Amaia ha llegado dispuesta a ser ella misma con todas sus consecuencias.
Y a eso no estamos nada acostumbrados con artistas que hemos visto ganar talents shows y suelen dejar de ser ellos mismos para hacer lo que se espera de ellos mismos, que es bien distinto. Pero Amaia siempre fue diferente. Por eso Un nuevo lugar también tenía que ser diferente. Hasta entendiendo que no todo el mundo tiene que entenderlo. Aquí empieza Amaia Romero.
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