OPINION

El desastroso debut de Rafa Mora como presentador de 'Cazamariposas', ¿oportunidad perdida o ganada?

Rafa Mora en 'Cazamariposas'
Rafa Mora en 'Cazamariposas'

Se hizo popular con 'Mujeres y hombres y viceversa'. Desde entonces, Rafa Mora no ha parado de alimentar fama a través del cotilleo televisivo. Pero, sorpresa, este verano ha logrado un puesto de presentador suplente en el programa 'Cazamariposas' del canal Divinity de Mediaset.

Lo malo es que Mora no cuenta con ninguna experiencia como conductor de programas. Ni siquiera ha sido redactor ni reportero. Una cosa es ir a hablar de tus cosas a un corrillo televisivo y otra, muy distinta, es estar al frente de un formato en el que debes controlar muchas variables desde tener capacidad de escribir un complicado guion, hasta conocer las posiciones de cámaras a las que debes mirar y no mirar de cualquier forma, pasando por tener claro el orden de los contenidos del espacio y sus respectivos tiempos. Es un mix complicado, que requiere preparación, intuición y experiencia. Mucha intuición y experiencia. 

Y, claro, el debut de Rafa Mora fue desastroso. Perdido, liándose con las conexiones, sin tener claro nada de lo que tenía que presentar. Incluso, en vez de ser reclamo para subir la audiencia, bajó. La aceptación por el programa ha disminuido en los días en los que ha estado al frente del show. No pasa nada, en Mediaset son expertos en transformar la debilidad en una oportunidad para su negocio. Y han dado la vuelta a la tortilla. 'Sálvame' ha convertido en noticia lo fatal que lo hace este presentador intruso que, además, es su colaborador habitual. Jugada redonda. El espacio de tarde de Telecinco, que es de 'La fábrica de la tele', misma productora que 'Cazamariposas', ha hablado largo tiempo del traspiés, ha enfrentado a Mora a las imágenes de su nefasto primer día y, por tanto, ha hecho show del caos.

Táctica de Mediaset para generar conversación

Así Mediaset genera un acontecimiento de las nuevas apariciones de Rafa Mora, que ahora puede ser reclamo para ver si la pifia o no en directo en 'Cazamariposas'. Su desastroso debut como presentador sirve para promocionar un informativo joven sobre las artes del corazón que no para en verano. Porque la imperfección es uno de los motores de la televisión, pues es identificable por todos. Más aún si, hasta ahora, el chulesco personaje no era muy identificable y se humaniza a ojos del espectador con ayuda de su vulnerabilidad a flote como presentador tremendamente amateur.

Al final, el fichaje de Rafa Mora puede servir de un revulsivo puntual para 'Cazamariposas'. Y no por su talento para presentar.Más bien por su incapacidad de llevar el compás de un directo que es mucho más televisiva que sus, aún, desconocidas aptitudes para ser un señuelo de nada en el ruedo de la televisión nacional.

El problema es que quizá Mora no entiende que no es presentador, es personaje. Sin embargo, se sienta en la mesa del programa creyéndose que está haciendo unas oposiciones para ser el comunicador estrella de Telecinco, cayendo en todos los nefastos clichés de lo que se supone que es ser buen presentador y que, en realidad, sólo los repiten aquellos que no tienen ni idea de cómo es el trabajo de un buen presentador. 

Como consecuencia, el público ve más a Mora como la imagen del intrusismo profesional que no como un personaje que va a divertirse a un programa de Divinity con trasfondo cómico. Por eso mismo, en vez de ser un reclamo, va a terminar siendo un obstáculo. Se hablará de su fichaje por sus debilidades e impulsará el renombre de 'Cazamariposas' en el trampolín de Telecinco, pero a los tres días (quizá menos) el público de Divinity ya se habrá cansado y querrá ver su programa surrealista. No a un presumido que comunica nada relajado y que se toma demasiado en serio a sí mismo desde una televisión que triunfa justo por lo contrario. 

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