OPINION

El día que Amaia volvió a 'OT' y lo que representó la cara de Noemí Galera

Noemí Galera, OT
Noemí Galera, OT

"Este olor es único, no va a haber un olor igual en vuestra vida", dice Amaia Romero al volver a entrar a la academia de 'Operación Triunfo'. "Estoy emocionada", recalca.

Aunque es un definitorio y empático "¿Qué tal estáis?" la primera pregunta que lanza a los concursantes de la nueva generación de 'OT'. Rápidamente, se autocorrige. "Bueno, me vais a decir que bien. No me vais a empezar a contar vuestros problemas, obviamente".

Amaia sigue siendo Amaia. Su espontaneidad es incontrolable. Dice casi lo que piensa. Es una de sus virtudes. Pero reconoce que en estos dos años de vida después de 'OT' ha aprendido que (casi) todo se magnifica y extrae de contexto, así que hay que tener cuidado con lo que se suelta a la primera de cambio. De hecho, probablemente, sus comentarios son noticia porque, justamente, los medios ya no están acostumbrados a una tan transparente y genuina verdad sin corazas. Amaia siempre ha sido ella misma. Sin demasiado esfuerzo. Tal vez por ingenuidad, tal vez por toparse con la gran popularidad de golpe tras salir de esa academia.

Lo malo es que ahora parece que se está percatando de que habrá que ponerse un escudo protector o el afán de la viralidad engullirá todo. Es uno de los problemas de nuestro tiempo que frena las entrevistas interesantes, que merma la generosidad de los artistas por ese miedo al quién se ofenderá . Amaia lo está aprendiendo.

Pero Amaia, al final, sigue siendo Amaia y se termina metiendo en jardines. De hecho, hay un momento en su reencuentro con la academia en el que su curiosidad no puede con la corrección política y casi se pone a desmontar un decorado de la escuela que da la sensación que es atrezo de mentira pero, en verdad, son un instrumentos reales pegados a la pared -y requete pintados de azul-.

Amaia toca esos instrumentos reutilizados como escenografía y hasta casi quiere arrancar el saxo de la pared. Ese gesto, espontáneo, como ella, representa que mantiene intacta esa curiosidad que es su ADN y que le hizo transmitir tanto desde OT porque, además de cantar con un talento muy especial, rompía con lo preestablecido estimulando al espectador a través de sus inquietudes que divulgaba con esa arrolladora naturalidad.

Inspirar a través de la naturalidad es lo que ha hecho, de nuevo, en su reencuentro con la academia de OT, cuando en el piano se ha puesto a cantar un himno de 'La buena vida' que ha descubierto a una generación que desconocía a un grupo veterano, "de mi tiempo" como dijo Noemí Galera. De nuevo, Amaia estimulando al público sin necesidad de proclamas. Sólo con su curiosidad. 

Y, mientras tocaba al piano con la nueva generación de concursantes de 'Operación Triunfo 2020' con la boca abierta alrededor, la emocionada cara de Noemí Galera representaba a la audiencia de 'OT'. No sabemos lo que se le estaba pasando por la cabeza a la directora de la academia en ese instante, pero da la sensación de que Noemí con su experiencia estaba pensando que el éxito de Amaia es el de todos, el de una chica que, en un momento de sobreactuado ruido y viralidad hueca, destaca sobre el resto porque representa a una sociedad honesta, que se construye a sí misma desde la tranquilidad de la empatía, el esfuerzo, la constancia, la curiosidad y una sonriente pelea por tus ideales. Esa sociedad que no tiene miedo en meterse en jardines porque confía en que, al final, sólo saldrá a flote atreviéndose a ser como cree ser.

Mostrar comentarios