OPINION

El día que 'OT 1' pasó el testigo de su trono a 'OT 2017'

Amaia y Rosa
Amaia y Rosa
Amaia y Rosa
 

Día de Navidad. La Academia de Operación Triunfo se ha quedado vacía. Los concursantes han tenido permiso para irse a sus casas por Nochebuena. Y, a partir de las 7 de la tarde, se espera su regreso. A esa hora, en el canal en Youtube que cobija la emisión de 24 horas de la escuela, 30.000 personas esperan la vuelta de los chicos. Pero sólo ven una puerta. Minutos y minutos viendo la imagen de una puerta. Mientras, la audiencia crece: se alcanzan los 40.000 espectadores al unísono y los diálogos del chat del propio canal de Youtube corren a tal velocidad que son imposibles de leer. Las redes están ansiosas por ver cómo vuelve los concursantes a la Academia después de tomar contacto con la realidad, tras meses de internamiento.

El realizador del canal empieza a hacer zoom hacia esa puerta. Adelante y atrás. Adelante y atrás con la cámara. La gente en las redes enloquece. El fervor de los usuarios de Youtube crece. Todo el mundo quiere que los concursantes aparezcan ya. Operación Triunfo 2017 lo ha vuelto a hacer. Con la salida por un día de los chicos de la Academia, se ha creado una trama brutal. Ahora todos los seguidores quieren ver cómo retornan y qué cuentan a los demás. Seguidores ruidosos y apasionados que movilizan las redes y multiplican la visibilidad del programa en la televisión tradicional.

La audiencia se dispara. 50.000 personas a la vez están esperando el reencuentro, sólo un día después, entre Amaia y Alfred. Como quien espera una nueva temporada de una serie tras un cliffhanger de infarto. Y sí, finalmente hay beso. Un pequeño beso.

Los fieles a OT, que han empatizado con unos jóvenes aprendiendo en un intensivo centro de formación televisivo, están expectantes por comprobar si les ha cambiado eso de irse a sus lugares de orígenes. Sin escoltas, como salieron. ¿Habrán sucumbido a la tentación de mirar sus redes socialaes y los miles de comentarios sobre ellos esparcidos por Internet? Amaia. por ejemplo, no tarda en sacarnos de dudas: "Yo me he visto todas mis actuaciones", confiesa. Con lo cual ya sabemos que Amaia ha visitado YouTube... Alma cándida...

La toma de contacto con el exterior es un buen giro de guion para mantener el interés en las redes. Y los chicos han vuelto justo para ver la gala que grabaron el viernes, un especial de Navidad en el que comparten escenario con los participantes del mítico e irrepetible OT. Hay bajas importantes: Bisbal, Chenoa, Bustamante... Pero sí está Rosa, que canta precisamente con Amaia dando 'Gracias por la música' con una interpretación muy autobiográfica. Es el paso de testigo: el OT1 se queda de una vez atrás para abrirse a unas nuevas generaciones que ya no prestaban demasiada atención a la televisión tal y como la hemos entendido en las últimas décadas.

Y esa misma gente joven ha podido ver la gala especial al mismo tiempo que observaba la reacción de los concursantes siguiendo su propia gala en el salón de la Academia y en pijama. Los que habían llegado, porque los rezagados (canarios y gallegos) fueron llegando en el transcurso de la emisión. Metatelevisión. En La 1, la emisión de la gala tradicional y en Youtube la emisión de cómo los concursantes miran su propia grabación en La 1. Perfecto para multiplicar la experiencia de un usuario ávido de participar en los contenidos televisivos, que también podrá recopilar sus mejores momentos rebobinado el canal de Youtube y fragmentando la frase (o caricia) de Amaia, Alfred, Aitana o quien se tercie para luego compartirla en sus perfiles sociales.

La gala especial ha arrancado con las dos generaciones de 'triunfitos' cantando el emblemático A tu lado -mi música es tu voz- y ha acabado con los integrantes del casting de OT2017 interpretando su canción propia, Camina -da un paso al frente y respira-. Ha sido el gran momento televisivo de una Navidad sin nada nuevo en televisión, pero que también define la transición en la que está inmersa la televisión.

Los concursantes de Operación Triunfo 1 han cedido su trono a unos chicas y chicos que definen la sociedad de hoy, en la que las redes son claves para encontrar una visibilidad artística y para multiplicar la aceptación social de un éxito en la tele tradicional. Lo de menos ha sido si han cantado bien, mal o regular. Lo importante es que ya se han convertido en parte de un auténtico y excitante nuevo imaginario colectivo. 

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