OPINION

El error de un casting televisivo: el delicado límite para que fracase o arrase un programa

Los Lobos de Boom ganan bote
Los Lobos de Boom ganan bote

La televisión ha creado espectadores incrédulos que buscan trampas e incluso sacan un radar para ver cuándo los programas se la intentan colar. Desconfían de la pequeña gran pantalla, vamos.

En los últimos años, han existido formatos en casi todas las cadenas que eran acusados de contar con concursantes que parecían actores y terminaban fracasando en audiencia. No eran creíbles. Los concursantes no eran intérpretes, pero lo parecía. Así sucedió con, por ejemplo, 'Mi madre cocina mejor que la tuya' de Telecinco o 'Juego de Juegos' de Antena 3.

El problema de estos formatos es que los participantes eran tan extrovertidos que parecía que estaban sobreactuando. Fallo: se optó por personas fascinadas con ser protagonistas de la tele y con un grado de sociabilidad exagerado, característica que se suele confundir como fundamental para ser elegido en cualquier tipo de programa. Nada que ver, que salga un concursante y se ponga a bailar con simpatía sin justificación descoloca al público, más que fascinar.... Como pasaba en 'Juego de Juegos' y ya nadie lo recuerda.

A la hora de elegir a los participantes de un show es más enriquecedor escoger a personas por pequeñas peculiaridades que les distingan del resto y no caer en la simplificación de la obvia extroversión. Y es que también un tímido puede ser un empático personaje en una televisión generalista.  Lo demuestran 'Los Lobos' de 'Boom', unos concursantes que eran tan corrientes como atrayentes porque representaban a la sociedad española más próxima. De la reputación del profesor a la sabiduría invisible del ganadero, con el inolvidable Jose Pinto.  

Para traspasar la pantalla lo más decisivo es transmitir. Y la telegenia más poderosa es la de las personas que contagian verdad sin edulcorantes. Lo que no suele ir unido a que el casting de cualquier tipo de formato sea más gracioso o no.

Las peculiaridades son las que hacen más grande y diversa la sociedad y, como consecuencia, también sucede lo mismo en la televisión. Una televisión que debe saber mirar para encontrar el talento que brilla por su autenticidad. No tanto por el grado de sociabilidad, pues autenticidad y sociabilidad no son sinónimos Pueden ser hasta antónimos. 

A veces, incluso los concursantes que creen entender como nadie la dinámica televisiva pueden acabar siendo los más antitelevisivos porque reproducen sobreactuaciones de simpatía obsesionadas con no decepcionar a la cámara. Por tanto, no están relajados.. De esta manera, quizá dé la sensación de que sobreactuan porque están con un tono muy elevado y hasta histérico.  Pero el casting perfecto no mide la capacidad de extroversión, observa con intuición lo que te hace genuino, irrepetible y hasta asombroso. Lo que te hace de 'verdad'.

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