OPINION

3 claves del futuro de la TV que ha reunido la gala de 'Dónde estabas entonces' de La Sexta

María Galiana en ¿Dónde estabas entonces?
María Galiana en ¿Dónde estabas entonces?

La Sexta emitió anoche una gala. Pero ya quedaron atrás las galas en las que había que ir disfrazado de príncipes o princesas. Pasó el tiempo del glamour de corchopán. Este jueves, La Sexta abrió hueco a una gala que define la televisión hacia la que vamos que, probablemente, es regresar a lo mejor de la televisión de la que venimos:

1. Movilizar

La televisión que viene crecerá si se moviliza hasta crear acontecimientos con cierto grado de iconografía. Esta noche, se ha celebrado el regreso de Dónde estabas entonces, un formato documental que en esta temporada repasará la España de los noventa a través de sus protagonistas y del nutrido archivo de la televisión.

Pero el equipo de Newtral y La Caña Brothers, compañías que producen el programa, y La Sexta no se han conformado con estrenar la temporada de forma rutinaria en el prime time y han creado un punto de encuentro, en directo, con representantes de la sociedad en un escenario con nombre propio: la sala Roja de los Teatros del Canal, desnuda para la ocasión.

Así se genera un evento especial, con público, en un lugar reconocible y en directo, lo que otorga un grado de imprevisibilidad que hace más poderosa la emisión. El programa está vivo, inyectando un valor extra al estreno de un formato televisivo y, a la vez, propiciando un contenido inédito que activa la curiosidad del propio espectador. Es la televisión-acontecimiento a la que nos dirigimos y que sirve de escaparate para lucir los contenidos de las cadenas. Bien desarrollada, es crucial para visibilizar en el caos de multioferta esos buenos programas que se pueden consumir en directo o, después, bajo demanda. Aunque, en este caso, quizá faltó promoción previa más allá de La Sexta en otros medios del grupo. La emisión y el concepto de programa pilló por sorpresa.

2. Aprender

La televisión que viene necesita aprender más de los aciertos y errores de nuestro pasado reciente. Las cadenas -y las grandes plataformas- utilizan el atractivo de la nostalgia para atraer al público con su mitificado recuerdo. Se lleva haciendo desde hace años.

Pero, además, el bagaje que va dejando huella en nuestra historia audiovisual no sólo es un recuerdo, también es una provechosa materia prima para aprender a entendernos mejor a nosotros mismos e incluso no cometer los mismos errores. De esto tiene mucho ¿Dónde estabas entonces? y ese mensaje ha planeado en la esencia de esta gala. En las entrevistas y durante el monólogo de Anabel Alonso.

En una sociedad actual en la que la abreviación de todo -por la velocidad con la que se consumen las redes sociales- está terminando en una polarización cuadriculada y en una simplificación frívola de la realidad, el aprendizaje que inspira será el aliciente con el que la tele se diferenciará de la viralidad. 

3. Escuchar

La televisión que viene descubrirá que el gran espectáculo está en la posibilidad de escuchar sin demasiada prisa. En tiempos de sobreinformacion y personajes de usar y tirar, el espectador se queda pegado a la pantalla cuando aparecen personalidades con una vida que aporta conocimiento sin complejos por encima de modas y superficialidades. Pero la tele de los últimos años ha interiorizado que la entrevista baja el share, porque no se han atrevido a la entrevista relajada de verdad, donde las personalidades tienen margen para abrirse.

En esta 'gala', Ana Pastor ha apostado por la interesante fórmula de entrevistas que mezclan diferentes personalidades de la sociedad que no tienen, a priori, demasiado que ver, siguiendo la estela de Julia Otero en La Cerezas. Así José Luis Rodríguez Zapatero ha compartido charla con Los Javis o Íñigo Errejón con María Galiana, que ha sido el mejor ejemplo de que el espectador se queda cuando el entrevistado no tiene miedo a las palabras. La curtida mirada al mundo de Galiana ha realizado una inteligente radiografía social de nuestro país en el horario de máxima audiencia de una televisión que no siempre se atreve a poner el foco en los verdaderos protagonistas. 

Los verdaderos protagonistas que hablan sin eufemismos, como María Galiana, son el antídoto contra el ruido en el que vivimos inmersos. Lo ha demostrado esta "gala" de Dónde estabas entonces con una Ana Pastor al frente que parece tener claro que la televisión es mejor si se moviliza, si entremezcla generaciones y, sobre todo, si aprende de las experiencias vitales que nos unen. 

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