ANÁLISIS

El futuro de ciencia ficción ya está aquí: la realidad aumentada y su utilidad práctica en TV (que aún está por aprovechar)

Antena 3 Noticias es el formato que mejor utiliza la realidad aumentada.
Antena 3 Noticias es el formato que mejor utiliza la realidad aumentada.
Atresmedia

La realidad aumentada se ha introducido en televisión como gran truco de magia para sorprender al espectador. Aviones virtuales que aterrizan en los estudios, edificios históricos que se construyen en un segundo junto a la mesa de un informativo, trenes de alta velocidad que interrumpen junto a Antonio García Ferreras o inundaciones en los platós desde donde se informa del tiempo. Pero más allá del golpe de efecto iniciático que asombra, la realidad aumentada abre de verdad una revolución en las narrativas cotidianas útiles que pasan más desapercibidas y son fundamentales en televisión.

El diseño gráfico más práctico y habitual, que enriquece los programas, vivirá un impulso decisivo si se integra con dinámicas de realidad aumentada. Los tradicionales rótulos explicativos ahora pueden aparecer como si estuvieran físicamente en cuatro dimensiones en el estudio de televisión y, así, otorgar más dinamismo a la acción del plató. También la propia careta o sintonía de arranque de los programas o informativos puede contar con animaciones de realidad aumentada que interactúan con la escenografía física que impregna de más personalidad al formato y arropa a sus propios presentadores. Pionera en integrar la sintonía del informativo con realidad aumentada ha sido la televisión francesa, después se han inspirado en su propuesta televisiones de todo el mundo.

Por tanto, la realidad aumentada en los espacios diarios es útil para engrandecer la experiencia del consumo de información en rótulos que aportan contextos, facilitando su lectura dependiendo de la forma en la que aparezca en emisión e impregnando de más dinamismo el programa en cuestión. Pero también este sistema es un valor para hacer más televisivas las toscas emisiones por videollamada, que tanto abundan en la actualidad. En un tiempo en el que las cadenas han incorporado un gran número de conexiones por Skype o Zoom, la realidad aumentada es aliada para embellecer esta pobre señal de vídeo. Y es que se puede introducir la conexión con algún elemento estético que envuelva de calidez la peor imagen de un móvil o una webcam.  Así se disimula la flojera de la videollamada, que muchas veces hasta se congela, colocándola dentro de un diseño virtual. Ya lo está haciendo 'Antena 3 Noticias' o 'La Hora de La 1' de TVE, donde aparece la videollamada con una liturgia escénica en estudio como si el futuro ya estuviera aquí. 

Porque el futuro ya está aquí. El problema es que, a veces, se opta por introducir por realidad aumentada grandes animaciones que no están contextualizadas en la escenografía del programa en cuestión, como pasa en 'Las cosas claras' de Jesús Cintora en TVE. Error, pues en televisión es importante contextualizar los ambientes. No puede irrumpir una nevada en plató sin primero mostrar en qué parte del plató ocurre ese efecto especial. Porque, como en una serie, en los programas es decisivo mostrar la disposición escénica de cada escenografía para que el espectador no se sienta desorientado. Como consecuencia, es importante que la realidad aumentada encaje o aparezca en el lugar con un plano de contexto que visibiliza el avance tecnológico y, a la vez, hace entender mejor a la audiencia qué está sucediendo y que sigue en el mismo formato. La liturgia escénica de toda la vida, en la que siempre es importante situar al público. Aunque sea con una simple famfarria óptica.

En una época en la que miramos más lo grande que el matiz, el superpoder de la realidad aumentada va más al detalle que a la espectacularidad de crear recreaciones del mundo real con animaciones. La mejor realidad aumentada es la que se instalará en necesidades más cotidianas de los programas. También en talents shows y musicales.  Así los diferentes formatos crearán mejor sus universos propios.

No obstante, es crucial que cada programa tenga un pequeño libro de estilo para incorporar la realidad aumentada de manera ordenada y no inconexa. Es la manera de que la entidad del espacio sea propia y no parezca más de lo mismo, debilidad que sufre la televisión de hoy en la que gran parte de los programas no se diferencian los unos de los otros, pues se copian y siguen tendencias clónicas en vez de utiliza el avance técnico para justamente tener tu sello propio. ¿Cómo?  Aunando tecnología con la experiencia de la artesanía de la creatividad de siempre. 

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