OPINION

El golpe de efecto de Pablo Motos que ya utilizaba Jesús Hermida

El billete de 'El Hormiguero'
El billete de 'El Hormiguero'

10 euros que valen 6.000. Se trata del nuevo golpe de efecto de 'El Hormiguero'. El plan de Pablo Motos arrancó hace dos semanas cuando, Jandro, del núcleo duro del equipo del programa, pagó en un garito de Castellón con un billete cualquiera. Lo que nadie conocía es que con aquella transacción económica se estaba poniendo en circulación un billete para que la audiencia lo buscara a cambio de una suculenta recompensa.

"El dinero va muy rápido o muy despacio. Un día puede estar en Barcelona, al otro en Cádiz y al otro en Galicia... o quedarse en un cajón del restaurante", explicó Pablo Motos en el momento de comunicar a sus espectadores que si se encontraban tal billete de serie VA4177333271 mandaran un vídeo con el hallazgo a un perfil de WhatsApp creado para la ocasión bajo el teléfono 676 375 759.

Una creativa propuesta que fomenta la participación activa de la audiencia que, en realidad, no es ninguna novedad. Jesús Hermida ya realizó este juego en sus míticos magacines. El maestro de la televisión trajo esta idea de los grandes formatos de entretenimiento del daytime de Estados Unidos y la aplicó en España de diferentes formas. Primero, como Motos, poniendo al espectador a la caza del billete. Después, con la variante de aparcar un coche con una matrícula determinada por sorpresivas calles del territorio nacional.

Así, Hermida lograba generar conversación social sobre sus programas en la población. Los espectadores salían a la calle en busca del reto que proponía la tele. Ahora recupera Motos esta fórmula con acierto. Porque, en tiempos en los que la tecnología arrasa con todo, las ideas más artesanales siguen tenido una gran eficacia.

En la actualidad, la televisión cuenta con redes sociales y aplicaciones móviles para ser más interactiva que nunca, en cambio sus mecánicas están más deshumanizadas que antaño. Paradójicamente, los televidentes participan menos que antes en el transcurso de los formatos.

Volver a involucrar al público y hacerlo partícipe es todo un desafío. Ahí hay mucho que aprender del ingenio de nuestra historia de la televisión, que conseguía romper la cuarta pared televisiva con imaginación. Conseguir impacto social no sólo es quedarse en alcanzar un trending topic en Twitter, es movilizar la curiosidad partícipe del espectador.  Ya lo hacía Jesús Hermida y, tres largas décadas después, Pablo Motos coge el testigo demostrando que, en lo fundamental, no hemos cambiado tanto. Es más, la ilusión por encontrar un único e irrepetible billete con premio por obra y gracia de la televisión sigue intacta. 

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