OPINION

El hito televisivo de Los Lobos: la otra victoria que no es el bote

Los Lobos celebran el bote.
Los Lobos celebran el bote.

22.45h. Tras una reposición de 'El Hormiguero' con Karlos Arguiñano como invitado, comienza '¡Boom!'. No es su ubicación habitual, el concurso de Juanra Bonet ha saltado al horario de máxima audiencia español con una edición "especial". Aunque, en realidad, no hay ninguna diferencia con la emisión diaria.  De hecho, el juego arranca y se desarrolla como todos los días a las ocho de la tarde. Sólo existe una novedad: la gran parte de los espectadores asiste a la experiencia de disfrutar el programa conociendo el desenlace. Un spoiler perfecto para Antena 3, que se asegura que propulsará la audiencia de su maltrecha noche de los lunes.

Es un secreto a voces: '¡Boom!' ha pasado a la franja del prime time porque sus veteranos participantes Los Lobos, con más de 500 programas a sus espaldas, se van a llevar en esta emisión el premio más alto de la historia de la televisión. Un hito económico y, también, televisivo que Atresmedia debe aprovechar hasta las últimas consecuencias..

Y elegir el prime time del lunes para este acontecimiento no parece casualidad, pues en esta franja no convive una gran competencia en esta temporada. Todos los espacios que emiten en la primera noche de la semana son flojos en repercusión, así que la victoria de Los Lobos brilla más en este día que en otra jornada con 'Supervivientes', por ejemplo, como enemigo.

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Con tanta expectación por cuándo Los Lobos se llevarían el sustancioso bote, Antena 3 no podía permitirse que se diluyera el momento en franjas de saturación de contenidos. Había que colocar el ansiado instante de la conquista del bote de Los Lobos en un lugar estratégico. Objetivo cumplido: Los Lobos se han ido en el escaparate más vistoso.

Doble victoria. Primero la económica (6,6 millones de euros, sumando el bote y lo acumulado después de tantas emisiones), segundo el todopoderoso vínculo que han ido construyendo con la audiencia. Valentín, Manuel, Erundino, José, Alberto y, por supuesto, el fallecido José Pinto han recordado que en un concurso hay algo más importante que la habilidad de acertar preguntas, y es hacerlo con esa autenticidad que despierta una empatía indestructible.

El carisma de Los Lobos es su gran triunfo. Han trascendido socialmente como entrañables protagonistas de la televisión. En dos años, la audiencia ha tenido tiempo a conocer sus debilidades y fortalezas gracias a que ellos, curtidos en otros concursos de televisión como 'Saber y Ganar', se han abierto a compartir su existencia con naturalidad y desparpajo. Así han pasado a la historia catódica. Así se han ganado cerrar su extensa etapa en '¡Boom!' en un prime time, como si de una gran serie se tratara. Ya son estrellas de la televisión con ese punto aspiracional que logran las personas que se superan y rompen prejuicios. 

Los Lobos se han llevado el bote más alto de la historia de la tele, sí, y lo han hecho para más inri en un día en el que casi son eliminados, pero también han plasmado que los concursos culturales pueden ser un fenómeno social que nos vuelve a unir frente a la televisión si otorgan cierto margen de tiempo para empatizar con sus protagonistas, los concursantes, y aprender con ellos.

Un aprendizaje en el que José Pinto ha sido fundamental por su campechanía y por su conocimiento que ha desmontado esos estigmas sobre la cultura y la ganadería. En el adiós de Los Lobos a '¡Boom!' Pinto ha estado omnipresente. Él ejemplifica la televisión que traspasa porque transmite verdad. Eso significan 'Los Lobos', que han enganchado por su ingenio, aguante y, sobre todo, verdad. Identificable verdad. Porque no parecían salidos de un casting, aunque ellos mismos se habían hecho su propio auto-casting para ir con un grupo ganador a '¡Boom!'.

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