OPINION

'El Hormiguero', el programa más creativo de la televisión en España

el hormiguero
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Hay una sensación extraña en los programas de entretenimiento de los últimos años de nuestra televisión. Cuando sucede algo sorprendente, es fácil pensar: ¿de dónde han copiado esto? Tecleas varias palabras clave en Youtube y, listo, ahí está la idea original que ha 'inspirado' al show español.

Calcar, adaptar y versionar ideas de otras cadenas extranjeras ha pasado siempre, aunque en la actualidad escasea especialmente la invención revolucionaria cien por cien española. Bromas de cámara oculta copiadas, sorpresas copiadas, secciones copiadas, pruebas a entrevistados copiadas... De Ellen DeGeneres, de Jimmy Fallon, de Jimmy Kimmel... Los shows de entretenimiento están supeditados a formatos de éxito extranjeros, normalmente norteamericanos. La globalización nos ha engullido, en parte.

Sólo en parte, pues hay excepciones y una muy grande. El Hormiguero de Pablo Motos consigue el más difícil todavía: inventar a diario (sí, a diario) momentos que no se parecen a los vistos en otros programas. Y, encima, atreverse a realizarlos. Estos son los ingredientes que convierten al programa en genuino y que hacen que se observe con envidia y admiración incluso a nivel internacional. Hasta el punto de que, para bien o para mal, se graba en la memoria de estrellas internacionales que no han dudado en rememorar su paso por El Hormiguero en otras entrevistas.

El programa juega. No obstante, detrás de cámaras, además de Motos, está otro maestro en ocurrencias televisivas como es Jorge Salvador, acompañado de un creativo equipo que no tiene complejos con su creatividad. Trancas y Barrancas, en ese sentido, encarnadas por la rapidez de reflejos de los guionistas Damián Mollá y Juan Ibáñez, dinamizan toda la escaleta con sus comentarios. Tampoco falla la realización, capitaneada por Alex Miñana (el realizador de Crónicas Marcianas), que otorga una trepidante ritmo visual al espacio.

Esa narración visual también es vital para mostrar las maquinaciones de un show en el que nunca sabes lo que te vas a encontrar. En experimentos, en ciencia, en efectos mariposas, en pruebas físicas (y mentales), en exámenes al público y en trastadas a los invitados. Al final, también ellos se sorprenden. Y ese el secreto de los programas que pasan a la historia, que no sólo buscan sorprender al espectador, también a sus convidados y a sí mismos. Y esto sólo se consigue de una manera, tan fácil y tan complicada a la vez: con ideas. Siempre con ideas.

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