OPINION

'El Hormiguero': 4 infalibles trucos del show de Pablo Motos para que no cambies (jamás) de canal

Pablo Motos
Pablo Motos
Antena 3

'El Hormiguero' celebra esta noche su emisión 2.000 con una edición especial rodada desde el plató más mítico de la BBC, el Estudio 1 del Television Centre de Londres. Hasta allí se ha ido el equipo de Pablo Motos para reencontrarse con Will Smith, de promoción de Aladdin en la capital británica, y celebrar el éxito del programa a lo grande, desde el histórico corazón catódico de Londres.

Una larga década después de su estreno en una tarde de domingo de 2006, 'El Hormiguero' se ha convertido en uno de los programas más vistos de la televisión diaria por su inagotable creatividad a la hora de enfocar cada emisión pero, además, por la habilidad de incorporar sutiles trucos de realización que el espectador no nota, aunque son importantes para intentar seducir su atención y que no cambie de canal.

Truco 1. Músicas que te mantienen en vilo

Es un sello habitual de los programas de Jorge Salvador, productor ejecutivo de 'El Hormiguero' junto a Pablo Motos, y que ya incorporó con ingeniosa destreza en las emblemáticas 'Crónicas Marcianas' de Javier Sardá.

Las músicas van marcando el compás del programa de Trancas y Barrancas sin medias tintas. Hay canciones para cada momento del show: golpes de emoción, guiños de ironía o giros épicos.

La banda sonora de 'El Hormiguero' no baja la guardia. Aunque no tengas la mirada puesta en la tele, el programa es reconocible por su textura sonora que acentúa los estados de ánimo de cada instante de la emisión y, por tanto, favorece que no existan puntos muertos que propicien una desconexión del público.

Truco 2. Nada de planos estáticos

Las cámaras de 'El Hormiguero' se mueven como los invitados y su presentador. De hecho, apenas existen planos estáticos. Hasta en el apartado de la entrevista, cuando Motos y su invitado están sentados, la imagen cuenta con una pequeña oscilación o un ligero reencuadre para inyectar ese ritmo que, también, es sello identificable de este formato de la productora 'Siete y Acción' y Antena 3.

Un balanceo de las cámaras que guarda cierto orden, pues en estos casos es fácil pasarse de frenada. Hay que encontrar el equilibrio para que ese movimiento de la imagen no desvirtúe lo que debe ser ritmo y se transforme en estrés virtual. El límite está en no marear al espectador.

Y en 'El Hormiguero' lo tienen claro. La realización, a cargo de David F. Rivas, está tan viva como el programa: se mueve pero con sensibilidad, no confunde ritmo con prisa y sabe escuchar lo que está pasando para retratar con destreza lo que sucede en plató.

Truco 3. Fondos con vida propia

Detrás del invitado, colaboradores y del propio Motos, 'El Hormiguero' también lanza pequeños impactos visuales para que el ojo del espectador no desconecte la atención. Siempre hay un pequeño tintineo de luces, en las columnas de pantallas (microtiles) del decorado. También detrás del invitado está colocado estratégicamente un plasma con vida propia, que se puede alimentar con imágenes de lo que se está hablando.

Pero no vale cualquier imagen, ya que un tráiler de una película de actor que va de promoción puede ir a demasiada velocidad y, al final, ser una interferencia en la entrevista, pues distrae al público. La proyección en las pantallas debe enriquecer, no despistar. De nuevo, se intenta que el relato del programa sea más dinámico con las proyecciones de los fondos pero siempre sin avasallar. Sin que se note.

En esa búsqueda de engrandecer el contenido creativo del programa y evitar cualquier atisbo de monotonía en la percepción del show por parte del espectador, la escenografía de 'El Hormiguero' va mutándose a través de la iluminación para crear sutiles atmósferas en cada sección del programa que perfilan la personalidad de cada colaborador o prueba.

En este sentido, el videowall de 'El Hormiguero, la gran pantalla que preside gran parte del decorado, se ha transformado en un personaje más del show: una ventana que da amplitud a un espacio limitado gracias a sus proyecciones. También sutiles, no abruman. Pero otorgan profundidad y cierto ritmo al fondo de los planos.  Así el público se cansa menos de un plató pequeño que lleva trece años viendo. Su iconografía se mantiene como elemento reconocible pero, a la vez, no es rígida, ya que está viva gracias a los haces de luz y la señal de las pantallas. El ojo del espectador no siente que esté en un espacio claustrofóbico.

Truco 4. Entrar sin que se note

Las transiciones de 'El Hormiguero' son muy rápidas. La entrada de los colaboradores no puede durar más de tres o cuatro segundos. Esto es clave, pues en cada cambio de sección se pierden espectadores. Cuanto más rápido entren a escena los personajes del programa, mejor.

En 'El Hormiguero' se ensayan las entradas y las salidas de elementos una y otra vez para que en el directo nada sufra ningún retraso. No hay tiempo que perder. De ahí que, por ejemplo, los utensilios de los experimentos aparezcan de repente en escena... casi sin que se note. Cualquier demora, disminuye la cuota de pantalla.

Los tiempos muertos de las transiciones son el instante en el que el televidente hace zapping. El programa lo tiene estudiado e intenta que no exista margen para cambiar de canal cuando hay un cambio de sección.

Los 50 y tantos minutos de emisión de 'El Hormiguero' dependen de muchos factores, que van desde el carisma del invitado del día a la resolución de las pruebas, pero siempre se mantiene esta base de elementos que están ya muy engrasados para favorecer que el espectador se quede en el programa. Todo está coreografiado: de las entradas y salidas de los protagonistas del show al balanceo de los dibujos de las pantallas del fondo, pasando por las avispadas rimbombantes músicas y la oscilación de las inquietas cámaras. Todo para intentar que tu ojo no se aburra nada y caiga en la tentación de coger el mando a distancia para cambiar de canal.

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