ANÁLISIS

El lapsus de Belén Esteban

Belén Esteban percatándose de que ha metido la pata.
Belén Esteban percatándose de que ha metido la pata.
Captura Mediaset

Mientras hablan en 'Sálvame' del regreso por Navidad del reality-delirio 'La última cena', Belén Esteban suelta sobre los participantes en el programa: "mañana son cuatro personas". Rápidamente, Jorge Javier Vazquez responde con "qué mañana (...) vaya jaleo de días tienes".  Y se ríe. Porque, en realidad, Esteban está desvelando, sin querer, cuándo se van a grabar estos especiales de Nochebuena y Nochevieja que prepara Telecinco.

Lógicamente, estas ediciones de 'La última cena' no serán en directo. El espectador ya sabe que no son en directo. La propia Belén Esteban sonríe ante su lapsus y Gema López ironiza con 'tienes unas ganas de cenar...". Es la grandeza de Mediaset. Aunque se equivoquen lo juegan a favor del show. Tanto, que este momento casi se convierte en una especie de gag. 

Y es que es mejor no tapar los gazapos. Lo ingenioso es incorporarlos al show sin demasiados complejos. Incluso romper con viejos protocolos preestablecidos de la televisión. Lo hace David Broncano en 'La Resistencia' cuando conecta con el exterior del teatro y ahí está Jorge Ponce a plena luz del día aunque el programa se emita a las doce de la noche. Qué más da. Lo interesante es hacer partícipe al público hasta de la hora a la que se graba el show, que es por la tarde. Todo el mundo sabe que se realiza por la tarde. Así se genera un lazo de complicidad más amplio con la audiencia.

Porque la empatía entre el espectador y el propio programa se cimenta con esa capacidad de implicar a los seguidores en las rutinas diarias del espectáculo. Es más, para crear comunidad de fieles también es importante aquello que queda escrito entre líneas, que no todo el mundo capta pero que dice mucho de las entretelas del formato en cuestión. Lo latente hace mejor lo patente, vamos. 

Así, por ejemplo, Jesús Vázquez animaba al público de su concurso 'Allá tú' (2004-2011) con un "venga, que parece que estamos dormidos como si fueran las nueve de la mañana". Gran parte de la audiencia creía que era simplemente una broma a las ocho de la tarde, pero la otra parte de los espectadores pillaba que era un sarcasmo porque era cierto, aquel día había tocado empezar a grabar bien temprano. Y se notaba, los asistentes en la grada del plató desprendían somnolencia. Vázquez lo introducía en el guion con esa espontaneidad que permite (casi) todo. 

'La última cena' no será en directo, por supuesto. Sería absurdo ocultarlo. Mejor los dobles sentidos, los mensajes entre líneas, la picardía cómplice. Así el espectador deja de ser un número de audiencia para ser aliado. 

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