OPINION

El miedo de Toñi Moreno que calmó 'en directo' Loles León

Toñi Moreno en 'Un año de tu vida'
Toñi Moreno en 'Un año de tu vida'

"No tengo miedo al parto. Tengo miedo a no estar a la altura de una nueva vida. Tengo miedo a no ser una buena madre. Tengo miedo, Loles", comenta emocionada Toñi Moreno a su invitada en 'Un año de tu vida'. La emoción rompe con el guion del programa.

Loles, deja su habitual torbellino de comedia de lado, y contesta con el más lúcido de los consejos: "A ser madre no te enseña nadie. No hay un manual ni un libro que lo puedas aprender, a ser madre te va a enseñar tu hija". Y una instantánea pausa de silencio retumbó en el plató.

"Porque ella te va a facilitar el amor, el sentimiento, que te va a nacer junto a ella. Todo lo que ella va a necesitar lo vas a intuir. Mientras ella crece, tú vas aprendiendo a ser madre", añade León.

Este instante refleja el éxito de Toñi Moreno en la televisión: su naturalidad a la hora de afrontar cualquier contenido. La presentadora terrenaliza cada situación con una proximidad que conecta rápidamente con el público. Incluso describiendo sus sentimientos, si toca. Esa habilidad destaca aún más cuando está rodeada de un buen formato televisivo. Es lo que sucede con 'Un año de tu vida', que presenta en Canal Sur desde hace menos de un año.

A priori, es otro programa que intenta llegar al público a través de la fuerza de la nostalgia. Esta vez, con entrevistas a invitados estelares con la excusa de recordar el año en el que tocaron la cima profesional. Es la premisa para, de ahí, dejarse llevar. 

Pero el programa de la autonómica andaluza destaca sobre el resto de la programación por su capacidad para cuidar los detalles que componen su relato con una destreza que convierte un magacin clásico en una cita especial. No cae en lo de siempre, pero sin defraudar lo que también quiere recordar el público. Así, su documentación aporta el equilibrio entre lo reconocible y lo que está por descubrir. Lo hace rescatando de archivo imágenes para la posteridad, aportando la experiencia de colaboradores (siempre interesante Rosa Villacastín) y, no menos importante, jugando con el espectador... todo el rato. Ahí entra Valeria Vegas, retando con ironía a los invitados a descubrir qué titulares protagonizaron en las revistas en el pasado. Ahí es importante también la escaleta -el guion que organiza el show-, hilada con un punto de travesura para no ser predecible. Y ahí, por supuesto, es vital la presentadora, Toñi Moreno, como motor de la naturalidad del programa. Llaneza que se crece aún más cuando está cómoda porque está protegida por un formato que no se queda en el previsible morbo básico para subir audiencia y transmite gracias al disfrute de todas las posibilidades creativas que otorga el género del magacín televisivo en prime time. 

Con este envoltorio, es fácil incluso compartir tus miedos en televisión y que no suene a sensacionalista. Aunque ese instante tenga sugestiva música ñoña de fondo. Porque es la televisión que consigue lo más difícil y, a la vez, más relevante: clímax de confianza transparente. Los protagonistas son más ellos mismos y, como consecuencia, el espectador se siente más involucrado e identificado en lo que cuentan, se siente asistiendo al programa desde dentro y no desde fuera.

@borjateran

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