VERIFICACIÓN

'El Objetivo' de Ana Pastor: cuando un programa crea una cita más allá de la audiencia del día

Mesa reconocible de 'El Objetivo' de La Sexta
Mesa reconocible de 'El Objetivo' de La Sexta
La Sexta

Una de las fortalezas de La Sexta está en su estable estructura de programación. La cadena marca sus citas con contundencia y constancia. Así el espectador asocia franjas horarias a un tipo de contenido, que es fiel a su ubicación. Ahí surge uno de los valores de 'El Objetivo', como eje estructural que recuerda en la audiencia que el análisis informativo es protagonista del prime time dominical en el canal verde de Atresmedia. Pase lo que pasa. También cuando está en parón de emisión 'Salvados' o 'Lo de Évole', el programa de Ana Pastor mantiene activo el vínculo con la actualidad de este tramo de la parrilla. Y lo hace con personalidad.

De hecho, desde sus orígenes en junio de 2013, 'El Objetivo' definió iconografía propia para diferenciarse del resto de programas informativos. Para empezar, el formato apostó por una mesa característica. Alta, alargada y con una pantalla táctil en el centro, lista para ser tocada y divulgar los datos en el ojo del espectador de una forma más sencillamente clara y visual. De esta manera, la escenografía sirve para construir un emblema, la peculiar mesa, desde el que gira todo el espacio. 

Un espacio que huyó de la manida tertulia apasionada para introducir en España la verificación de datos en horario de máxima audiencia. Todo un atrevimiento que llegaba en el momento exacto en el que las redes sociales se empezaban a convertir en una plataforma perfecta para adelantar a la función del periodista, manipular percepciones y multiplicar la exposición de bulos. Entonces, 'El Objetivo' demostró que se puede enfilar periodismo clásico en prime time con divulgación en directo más allá del debate espectáculo, sobre todo si se diseña una premisa de programa concreta y con autoría.

El problema actual de 'El Objetivo' es que la televisión ha vivido la actualidad política tan intensamente en los últimos tiempos que la audiencia pide un respiro. En la mayoría de los casos, el espectador siente que ya sabe el desenlace de la mayoría de las entrevistas periodísticas. Los eslóganes de la simplificación de la viralidad están siendo muy rentables a nivel político y van directos al aplauso de un votante feligrés al que la realidad no le va a cambiar sus creencias. Como consecuencia, hay políticos que sienten que ni siquiera necesitan la entrevista periodística para explicar sus proyectos. Es más rentable y rápido prender el qué dirán de las redes... y las tertulias. 

Mientras tanto, los espectadores más críticos sufren cierta desgana con la entrevista política tradicional. Por saturación y, también, por la previsibilidad que va atesorando fruto de los cálculos del marketing de la polarización que no analiza el diálogo como rentable. De ahí que sea el momento de que este tipo de programas indaguen más en temas sociales. Tocar más lo cotidiano y menos los despachos para, así, regresar paulatinamente a la política de la realidad y no de la proclama prefabricada.  Por este camino parece estar indagando 'El Objetivo' de Ana Pastor. Esta misma noche con un debate sobre la vida después del covid con expertos y no con políticos. El reconocible prime time dominical de La Sexta puede ser un buen lugar para ejercer tal riesgo. Más calle práctica, menos discurso procesado.

Mostrar comentarios