OPINION

El otro secreto para el éxito de La Voz en Antena 3 (que no saldrá en titulares)

La Voz, Antena 3
La Voz, Antena 3

Hay un factor intangible en el éxito televisivo. No se puede medir en el minutaje de los resultados de audiencia de una cadena, pero es crucial para que los canales generalistas consoliden una marca creativa de factoría de contenidos.

Se trata de convertir en icono los platós de la sede de la emisora. La imaginación del espectador premia cuando la televisión transforma sus naves industriales en inspiradores lugares de creación. Lo vienen haciendo los norteamericanos desde el nacimiento de Hollywood y en España lo transmitió TVE en los años dorados de Prado del Rey. Después, lo intentó Antena 3 con su sede en San Sebastián de los Reyes y lo proyecta Telecinco con el trajín en los pasillos de su centro de emisiones en Fuencarral, antiguos Estudios Roma.

Así la audiencia no percibe el canal como un frío centro emisor con formatos estancos grabados en lugares indeterminados e inconexos. Así es más fácil realizar sinergias entre programas. Y así, y no menos importante, se impulsa en los trabajadores de la compañía la ilusión en un proyecto colectivo. Los empleados viven el bullicio de la televisión en la sede de su propio canal, surge una motivación extra en sus objetivos laborales y se fortalece el sentimiento de pertenecer a esa empresa.

Es el efecto colateral que ya vive Antena 3 con la llegada de La Voz a sus estudios centrales. Atresmedia ha optado por realizar su versión de The Voice en el estudio más grande del grupo, un plató que el espectador conoce de sobra porque se diseñó para acoger uno de los mayores éxitos de la historia de la cadena, Sorpresa, sorpresa. El inmueble se pensó con amplitud de miras televisivas: una gran explanada en su exterior para acciones puntuales y una versatilidad de espacios en su interior. Todo para cobijar un plató de más de dos mil metros, convirtiéndose en el estudio de un canal con mayor capacidad en España tras la polémica demolición de los Estudios Buñuel de TVE.

El estudio 7 de Atresmedia, conocido coloquialmente como el Teatro de Antena 3, se ha utilizado en los últimos años para ficción. En su interior, han estado instaladas las Galerías Velvet, aunque también se han realizado algunas ediciones de El Objetivo de Ana Pastor. Pero estaba desaprovechado para lo que fue concebido: el gran espectáculo de prime time.

Antena 3 con La Voz ha realizado una importante inversión para que el programa sea visualmente más grande que en Telecinco. Se ha puesto a punto el Teatro construido en los años noventa y, además, se ha levantado otro amplio plató temporal en unos terrenos contiguos, que atesoran las salas de convivencia y ensayo de los concursantes de La Voz. También más amplios que en la etapa de Mediaset. Ahí dentro, además, se encuentra el nuevo set de El Objetivo de Ana Pastor. 

El complejo de Atresmedia está en máximo rendimiento. Y la cadena debe hacer consciente a su público de ese alto rendimiento de producción en "casa", pues en los últimos años Antena 3 ha transmitido una imagen de centro que emitía productos sin procedencia determinada. Es decir, en entretenimiento no se terminaba de fomentar una unitaria marca propia con los diferentes formatos de la cadena. Lo mismo sucede a TVE en la actualidad. Por ejemplo, la cadena pública produce OT pero el público joven que ve OT no lo interioriza como un talent de Televisión Española. Ni siquiera los concursantes. De ahí que Ana Guerra, cuando ha dado las gracias por su premio en Los 40 Music Awards del pasado viernes, nombró a la productora del programa, Gestmusic, para agradecer el galardón pero no a TVE. No se proyecta imagen de cadena. Y para sobrevivir, las cadenas no pueden parecer sólo un mero centro de distribución de contenidos de procedencias dispares.

Esa debilidad intangible la puede subsanar ahora Antena 3 con su gran apuesta por La Voz. Se juegan mucho con la compra de los derechos del mítico talent show y no van a desaprovechar la oportunidad. Es la ocasión par hacer más fuerte en entretenimiento a la cadena, tras años impulsando su reputación en ficción.

Atresmedia cuenta con el plató más grande de un canal de televisión en España y lo va a exprimir. Pero el espectador también lo debe notar. 

De momento, la escenografía diseñada para vestir el interior del teatro, con el protagonismo de las famosas sillas rojas y giratorias de La Voz, favorece que luzca por la televisión la amplitud del estudio y, además, se vea moderno. El decorado no está recargado y no abusa de proyecciones de luces para no atosigar la retransmisión. Un error habitual en los talent shows actuales, que siguen iluminando como en los años noventa pero con una tecnología más avanzada que puede estorbar en la emisión en Alta Definición, donde menos puede ser más.  Mejor optar por un buen diseño de luces que contaminar lumínicamente el show con excesos.

En este error parece que no va a caer La Voz. Un programa con una premisa poderosa -el giro de la silla roja, que no permite ver al concursante a artistas reconvertidos en coachs- pero que vuelve tras años de emisión en la competencia. En Antena 3 saben que necesitan dar un impulso a una fórmula ya muy rodada. Y triunfarán si logran hacer un acontecimiento social del retorno. En ello están. Implicando a los medios de comunicación, a los rostros de la cadena y a la propia plantilla de Atresmedia. Realizar el programa desde un estudio tan recordado por la audiencia, jugará a su favor. Si logran re-crear el icono, claro.

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