OPINION

El problema de Telecinco y 'Supervivientes' que va a remediar 'La isla de las tentaciones'

Estefanía en 'Supervivientes'.
Estefanía en 'Supervivientes'.

El espectador de reality show suele tener la memoria corta. Hay concursantes de la tele-realidad que se presentan como lo nunca visto en este género cuando ya participaron, tiempo atrás, en algún concurso del género. Mila Ximénez es un ejemplo: se vendió como novedoso fichaje para 'GH VIP', pero años antes ya participó en 'Supervivientes'. 

Para sostener su factoría de reality shows rompe-audiencias, Telecinco juega con la repetición. Y no pasa nada. La fábrica sigue funcionando a buen rendimiento, rellenando a coste muy competitivo varios prime time con el mismo contenido y esparciendo al resto de programación de dimes y diretes que se retroalimentan entre sí.

Pero llega un momento en el que la fórmula empieza a dar síntimas de agotamiento porque se acaban las 'celebrities' potenciales que no tienen dilemas morales para acudir a un reality de conflicto. Un problema que denota el casting de 'Supervivientes 2020' que arranca esta noche: falta un nombre contundente que llame la atención al público masivo, falta un reclamo para la audiencia de masas que no controla el universo de personajes de Mediaset, falta un golpe de efecto de la telenovela nacional como fue Isabel Pantoja.

Pero, claro, Isabel Pantoja sólo hay una. Por suerte, ha aparecido 'La isla de las tentaciones' en el terreno de la tele-realidad. Su éxito ha refrescado la 'fábrica en cadena' de realities de Telecinco con nuevas dinámicas de juego ('las hogueras', el 'no hay más imágenes'...) y, lo más importante para esta compañía privada de televisión, ha creado nuevos participantes estelares que van dosificando en sus programas. Los de 'La isla de las tentaciones' ya están siendo cabezas de cartel de programas como Rubén Sánchez en 'Mujeres y hombres y viceversa' o Estefanía Carbajo en 'Supervivientes'. 

Al grito de 'Estefanía', Fani ya está en Honduras dispuesta a tirarse del helicóptero. Su inmersión en las tentaciones de la tele-realidad le ha transformado en un personaje-señuelo para una cadena que se estaba quedando sin reclamos que llamaran la atención de un espectador ya redicho en la materia prima principal de este tipo de realities: el morbo.

Aunque ni siquiera el morbo funciona si anda escaso de humor. Eso lo pondrá Jorge Javier Vázquez para intentar enriquecer el disfrute de las tramas que surjan en 'Supervivientes 2020'. Un veterano formato que no conoce la palabra desgaste y que, en esta nueva etapa, intentará beber del arrastre de las mieles del éxito de 'La isla de las tentaciones' que ha roto con un mito que planeaba por las cadenas: los realities ya no funcionaban con anónimos. Eso es... mentira.

Tras los malos rendimientos del último 'GH' de anónimos, allá por 2017, los directivos de la televisión se autocreyeron que el público ya no tenía paciencia para conocer a desconocidos y sólo quería enfrentarse a programas con tramas ya construidas desde hace meses, pues sus participantes son conocidos. Así ya sólo parecía que podían entrar a los realities Isas Pantojas, Kikos Riveras, Adaras o Maestros Joao. Un bucle de mismos personajes resultones con historias prefabricadas que ya empiezan a sumar años. 

Esa percepción de que ya no interesa un reality compuesto por anónimos y sin anzuelos famosos es una falacia que ha evidenciado 'La isla de las tentaciones' en Mediaset. Es más, ha recordado que los realities sin populares son fundamentales como trampolín para crear 'estrellas' exprés que, después, nutren a los castings de esos concursos en los que se vende que compiten celebrities pero, en realidad, ninguna celebrity real quiere ir. Bueno, menos Isabel Pantoja.

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