ANÁLISIS

El reencuentro con 'Tu cara me suena': cómo volver a conectar con el espectador

Àngel Llàcer con el matabichos de Lolita
Àngel Llàcer con el matabichos de Lolita
Borja Terán

Por primera vez, Antena 3 está emitiendo tres grandes talent shows de forma simultánea. 'Mask Singer', 'La Voz' y 'Tu cara me suena'. En España, tres formatos de estas características no suelen coincidir en una misma programación por su elevado presupuesto. Es mejor dosificarlos para que se complementen entre sí en el tiempo y, así, cuadrar con más brillo a la inversión.

Pero, en pleno confinamiento, el show de imitaciones tuvo que parar las grabaciones y no tenía sentido recuperarlas a medio gas, pues es un espacio en el que el numeroso público en plató tiene una función crucial. Así que 'Tu cara me suena' ha esperado a poder grabar las entregas que faltaban en mejores condiciones. Aunque tampoco ya se podía dilatar más el desenlace de la actual etapa. O el hilo de la temporada quedaba muy viejo y, por tanto, desconectado del público.

En este sentido, 'Tu cara me suena' cortó su emisión durante el confinamiento colectivo de la primera ola de la crisis sanitaria con elevados datos de audiencia. Sin embargo, ha regresado el pasado domingo con una cuota de pantalla descafeinada, por debajo del reality low cost 'La casa fuerte' de Telecinco. ¿Qué ha pasado? El complejo problema radica en que el público aún no ubica el concurso en la noche del domingo y, además, la interrupción durante tantos meses ha roto la conexión entre espectador y el  interés por ver la evolución de los participantes. 

Tampoco ha ayudado que el programa regresara la pasada semana con una gala grabada en marzo y que quedaba por emitir. Aquella grabación estuvo marcada por la incertidumbre. Como consecuencia, la fiesta de 'Tu cara me suena' contagiaba una claustrofóbica preocupación. Aunque el público no supiera cuando se rodó la gala, la atmósfera trasladaba al televidente al choque con sus sentimientos del mes de marzo. Sentimientos que probablemente es pronto para revivir. El público ahora está en otro punto, seguimos atrapados por la inquietud, pero estamos en otro momento emocional. Muy distinto a aquellos meses. Por tanto, la experiencia de ver la gala del pasado domingo propiciaba un sentimiento complicado, parecía la reposición de un programa viejo aunque fuera una emisión de estreno. 

Los siete meses de la pausa de emisión ha propiciado que el arco narrativo del programa y sus personajes haya saltado por los aires. Es como empezar de cero pero sin ser un comienzo. El acierto de 'Tu cara me suena' es que en la gala de esta noche, ya grabada en estas semanas, se ha afrontado con naturalidad todo lo que ha pasado. La pista visual de que son programas son ya actuales la da que los bailarines están con mascarilla, que el público está separado por asientos vacíos y que un trono supletorio ayuda a mantener la distancia de seguridad en la mesa del jurado. 

Pero, sobre todo, la inteligencia del retorno a la 'casi normalidad' de este gran talent show creado en España estriba en que, a pesar de emitir una entrega "nueva" que supo a vieja la pasada semana, el programa ha grabado las nuevas tandas evidenciando los largos meses de pausa de grabación. Así, esta noche, ha sido la del reencuentro real. Una celebración de volver a verse sin excesivos tabúes a la hora de tratar todo lo que ha pasado. De esta forma, el espectáculo regresa a ser cómplice con el espectador. O lo intenta. 

La propia introducción de Manel Fuentes logra el tono perfecto para explicar sin regodearse: "estábamos con la edición lanzadísima, a punto de terminar, y, claro, vino el confinamiento y nos pilló como a todo el mundo". Y, después, el comunicador va dando paso a cada estrella del programa con la astucia de ir introduciéndonos en el clímax del show como si fuera la primera vez. Aunque no sea la primera vez. La importancia de saber dar contexto al público sin que el público lo note.  Hasta pregunta por su boda (paralizada, claro) a Chenoa, mientras Àngel Llàcer manosea un hidrogel con una pegatina con la cara de Lolita que reza 'Mata bichos'.

Es la manera de que 'Tu cara me suena' vaya cogiendo vuelo, que el público sienta que el programa está de nuevo en su mismo punto existencial y no viene del pasado. Es más, este talent le ayuda a reírse del presente desde el sentido del humor de sus protagonistas y desde la inspiración de la cultura social que atesora la selección de las canciones. Falta nos hace. Al fin y al cabo, ese es el éxito del programa en su larga y fructífera trayectoria: la sonrisa traviesamente cómplice con un espectador que sabe ironizar sobre sí mismo y que incluso no tiene complejos para dejarse sorprender por aquello que le descubren personas disfrazadas intentando imitar a iconos de la música. Ese dejarse sorprender sin prejuicios por la artesanía de la creatividad televisiva -que casi todo lo permite-, siempre será el valor de la fórmula de 'Tu cara me suena'.

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