Tras casi una década en emisión, 'La Sexta Noche' vivirá este septiembre su primer cambio de presentador principal. Iñaki López pasa el testigo a José Yélamo. Por fin, López podrá librar los sábados por la noche, donde lleva metido en un plató desde 2013. Su nueva función será presentar, junto a Cristina Pardo, 'Más vale tarde'. O lo que es lo mismo: estará al frente del magacín vespertino que conducía hasta ahora Mamen Mendizábal.
La Sexta afronta un movimiento de rostros importante en un momento en el que la audiencia siente cierta saturación de la actualidad política, tras años viviendo intensamente e inciertamente el día a día. Los espectadores necesitan un respiro, no vivir en un carrusel informativo de inquietud constante.
La política seguirá interesando, los vaivenes informativos también. Pero la forma de contar el directo evoluciona más rápido de lo que parece y el espectador medio agradece comunicadores que cuenten con una versatilidad para indagar en temas cotidianos con más solvencia. Ahí entra la virtud de Iñaki López que aún está por descubrir en el ámbito nacional y que puede funcionar con complicidad con Cristina Pardo, con quien ya ha compartido complicidad y sonrisas en lúdicas retransmisiones de las doce campanadas desde la Puerta del Sol.
López incorpora muy bien la ironía en sus programas y es rápido de reflejos para enriquecer la conversación con esa empatía más costumbrista que no todos los periodistas de información tienen. Es amablemente cercano. Su trayectoria está curtida en diferentes géneros televisivos e incluso en el reporterismo ilustrado por las calles de Euskadi. Así ha ido curtiéndose en una mezcla de capacidad para contar y cualidad para bromear cuando toca, lo que le convierte en uno de los pocos rostros de La Sexta que estaría listo para sustituir con seguridad al maestro Wyoming en un formato de la envergadura de 'El Intermedio'.
No extraña, pues, su salto a las tardes donde la audiencia pide otro tipo de información. Es más, que el relato sea más una compañía empática que un informativo al uso. En el equilibrio está el futuro de La Sexta, donde ve como empiezan a adelantar en audiencia rivales con contenidos que disfrazan la información con un tono más afín al espectáculo evasivo del reality show.
