OPINION

El triunfo de 'OT 2020' que no miden los audímetros tradicionales: nuevas formas de tele-éxito

Nia, OT
Nia, OT

Es una paradoja. Al mismo tiempo que la rapidez con la que se consume la información en las redes sociales ha propiciado una simplificación de la realidad que mata los matices, estos mismos modos de consumo audiovisual han provocado que las audiencias ya no se puedan analizar como hace una década. Ya no basta la media de cuota de pantalla y la suma de espectadores que marcan los audímetros en el instantáneo examen del día después.

Para valorar bien el rendimiento de un contenido audiovisual, ahora las  audiencias necesitan más matices para auditar la influencia real de los espacios televisivos que conectan con su público potencial de muchas y versátiles maneras.

La implantación social de un formato televisivo depende de más factores que nunca. Las pantallas se multiplican y es importante valorar la implicación de los espectadores con el producto. Hay programas con mucho share pero sin influencia comercial o social en su público y, en cambio, otros con una cuota de pantalla más débil que movilizan a sus seguidores. 'Operación Triunfo' define esta revolución del escenario, pues se trata de un formato con un jugoso perfil de público muy joven que intentan captar todas las cadenas.

Porque los jóvenes siguen viendo la televisión. Pero no como sus abuelos -los padres ya siguen la oferta audiovisual casi como sus hijos-. Así, las galas del talent show de TVE y Gestmusic están alcanzando datos que son mínimos históricos en share -ayer un 10,7- para el formato de la academia. Este débil rendimiento se explica por diferentes variables de dinámica del contenido, por el competitivo prime time dominical y porque ni siquiera las galas de La 1 son vistas por los métodos tradicionales por unos jóvenes que atienden a la tele sin necesidad de encender la tele: a través de su móvil, tablet u ordenador. 

La diferencia de 'OT' con otros formatos de gran éxito juvenil, como 'La isla de las tentaciones', está en que su mecánica se sustenta en la evolución que marca el aprendizaje escolar y vital de la academia. El público se engancha al canal oficial 24 horas y es protagonista activo del show, pues comenta, critica y criba lo que sucede en primera persona y lo difunde gracias a sus perfiles en las redes sociales. Es el propio público, sin casi intermediarios, el que está atento y divulga lo que sucede. Y lo hace con un elevado índice de implicación.

Este espectador no necesita que la televisión cocine un relato, como en los 'realities' de Telecinco. Aquí la audiencia asiste a lo que acontece en directo, hace sus conjeturas y juega a descubrir las tramas en la experiencia del consumo colectivo y en directo de los avatares de la academia. Una academia que programa con orden los horarios de las clases y el ocio. Al estilo de una programación de televisión clásica, marcando bien las citas para que el espectador sepa a qué hora pasa cada situación.  

De esta forma, desde que empezara 'OT2020', el canal de 'Operación triunfo' de Youtube ha alcanzado 165M de visionados, de los cuales 125M son de video bajo demanda y 40M de la emisión en streaming. El seguimiento de la emisión en directo está marcando cifras por encima de las de la edición 'OT 2018'. De hecho, ha comenzado más fuerte en cómputos globales que incluso 'OT 2017', pues entonces el espectador se fue enganchando paulatinamente. Se identificó con los alumnos gradualmente por el canal 24 horas. Ahora la base de fans ya está fidelizada. En este sentido, entre etapa y etapa, cuando el programa no está en emisión la productora mantiene prendido el canal con contenido propio. La vida de los programas ya puede continuar aunque no estén en emisión. Así es más sencillo que los seguidores de la marca sigan involucrados e ilusionados.

En esta edición, el vídeo más visto es la actuación de Nia en la pasada gala 5. Su interpretación de 'Run the world' ha sumado en una semana más de un millón de visualizaciones (1,3M). El 'boca a boca', aunque ahora sea ayudado por el 'tuit a tuit', sigue funcionando como siempre: la actuación de Nia lo constata. El volumen de comentarios que despertó impulsó los visionados hasta una vertiginosa cifra de audiencia en redes.  

Después de Nia, el segundo vídeo más visto es la actuación de Eva. 'Let’s twist again' de la Gala 0 ha cosechado 1,2M de views. En tercer puesto, el lyric video del primer single de Javy “Qué sabra neruda” ha sido contactado por 1M de visionados en una semana. 

El 42 por ciento de la audiencia del canal, que ya cuenta con más de 1 millón de suscriptores, está entre los 18 y 24 años, seguida por la franja de edad de 25 y 34 años con un 27 por ciento. 

Datos que también se evidencian en Twitter. En la plataforma de comentarios en vivo, el hashtag diario del directo es primer trending topic cada día durante horas, siendo el programa de televisión más comentado. Y eso que sólo tiene una emisión semanal. Noche en la que también lidera en comentarios. Por ejemplo, durante la gala 5, se lograron 428.900 tuits con la etiqueta #OTGala5 y 90.400 con la de #OTChat5. 

'OT 2020' arrasa en redes. Es un dato objetivo. Pero los más conservadores del negocio audiovisual dirán que este rendimiento es una minucia en comparación con las audiencias de cualquier fenómeno de éxito de un prime time tradicional. Tienen cierta razón, pero la relevancia de un contenido televisivo ya no se puede medir simplemente con un número del día después, hay que tener la capacidad de mirar la relevancia que supone la oferta en cuestión en todo el recorrido

¿Cuánta audiencia tiene 'La Resistencia' de David Broncano? Poca en su emisión clásica en el pago. Pero su dominio social es aplastante. Porque el éxito de un show también se mide en la fidelidad que ejerce en su público a través de los diferentes soportes, en el cómputo de visionados bajo demanda y en la interacción que favorece entre las diferentes pantallas. En la influencia real y trascendente que se genera en el público está el juego del éxito más perdurable y rentable de los programas del futuro.

La influencia real y trascendente es el gran liderazgo de nuestro tiempo, difícil de medir con estándares de ayer pero crucial de estudiar para que la televisión sobreviva más fuerte, diversa y plural mañana. Una televisión donde aquella excitante meta de las cadenas de conquistar la estampa del sofá de 'Los Simpson', con toda la familia reunida frente al televisor, ya no es el único e irrebatible camino para triunfar. Por suerte. 

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