Mientras 'Operación Triunfo' prepara su regreso, esta semana Noemí Galera anunció en las redes sociales del programa que en verano se realizará un evento denominado 'OTFest'. Es decir, un festival musical bajo la marca del talent show más famoso de nuestra historia televisiva.
La directora de casting de Gestmusic comunicó esta inesperada cita en un vídeo desde el que pretendía hacer a los seguidores del formato en partícipes de tal acontecimiento. Si querían demostrar talento en 'OTFest', sólo debían subir un vídeo cantando a Twitter -con la base musical de una canción de OT2017 u OT2018- y la propio Galera seleccionaría a los mejores para que se subieran al escenario de este festival que utiliza un reconocible sello televisivo fuera de la pequeña pantalla.
Rápidamente, la creatividad de las redes sociales propició un giro dramático y la etiqueta de #OTFest se llenó de vídeos delirantes con fragmentos de ese folclore del plasma nacional que canta francamente mal. Los maliciosos usuarios llenaron el hashtag #OTFest, donde Galera selecciona a los artistas que pueden participar, en un maratón de delirios con personajes interpretando hits con la peculiar técnica vocal de Belén Esteban como protagonistas.
Mi amiga y yo somos muy tímidas pero nos lo hemos currao' #OTFest pic.twitter.com/QCwAvtUkG9
— Alba (@albaapaarra) 18 de junio de 2019
Que ganas de cumplir un sueño #OTFest pic.twitter.com/WYpLcR58mj
— D A N I (@_OficialDani) 17 de junio de 2019
El miércoles la propia Galera lanzaba otro vídeo. Parecía que el 'troleo' viral a la selección de candidatos para #OTFest había hecho tomar alguna decisión a los responsables de la productora. Pero no, era una broma también del propio equipo de 'Operación Triunfo' en la que se aprovechaba para puntualizar instrucciones de uso de este casting público.
Al final, así OT recogía el guante del sentido del humor de las redes con una inteligencia que transforma el 'troleo' en beneficio propio. El motivo: esta acción en redes logra implicar a los usuarios, dando al público la oportunidad de mostrar su talento y, a la vez, el poder para comentarlo o, como ha sucedido, también bromear. Así OT genera conversación cuando el programa no está en emisión y ni siquiera tiene fecha clara de regreso. Así el programa sigue siendo rentable: se habla de él y se amortiza su marca con propuestas fuera de la tele, como este festival musical.
Porque hay marcas televisivas que crecen fuera de la televisión. Y 'Operación Triunfo' ha entendido el lenguaje de las redes sociales: vivaracho, irónico, cómplice, despierto, que se ríe de sí mismo y que sabe que la historia a narrar puede ir más allá de cuando termina o empieza el programa por la televisión tradicional.
De esta manera, OT utiliza las redes sociales propias y ajenas con destreza para lograr un sostén vital para la televisión que viene: mantener la mecha de la expectación social prendida para que cuando vuelva el formato a La 1, los espectadores no hayan olvidado el producto.
Al contrario, la audiencia está con la curiosidad sembrada y lista para amarte, para criticarte, para verte. Porque el retorno del programa no crea indiferencia, pues ha ido precedido de un largo goteo de inputs, debates, especulaciones y propuestas en redes sociales que ha consolidado un estado de ánimo de expectación con el tiempo suficiente para que la marca del talent show siga bien encendida. Aunque esté la tele apagada.
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