OPINION

Los más terroríficos anuncios de muñecas: un perturbador éxito de la vieja televisión infantil

Publicidad asustadiza
Publicidad asustadiza

Hubo un tiempo en el que las mañanas del sábado eran jugoso terreno para los anunciantes de juguetes. Los fines de semana se abría paso la programación infantil y, junto a ella, los anuncios que intentaban conquistar el gusto de los más pequeños plagaban las pausas para promociones de las cadenas.

Aunque, en los comienzos televisivos, los anuncios más que conquistar el gusto parecían creados para asustar a su público potencial. Los spots de este tipo de publicidad experimentaban con una capacidad maquiavélica para ganarse la complicidad de la travesura de la infancia. Más aún si se debían vender muñecas con la novedosa capacidad de susurrar al oído.

Eran épocas en los que pausa para la publicidad infantil se podía transformar en una película de terror. Es lo que sucedió en los sesenta con el spot de Baby Secret, una vanguardista muñeca que recitaba mensajes y la publicidad de la época lo mostró con un suspense no apto para asustadizos.

Pero este no es el único caso de anuncio infantil que logró descolocar al personal en los primeros pasos de la televisión. Existió otra muñeca, muy coqueta, que también sembró el pánico. Sobre todo mientras se tambaleaba en su mecedora a pilas (no incluidas).

Y lo peor es que estos spots, que parecen ideados dentro 'Historias para no dormir', lograban su objetivo, ya que estaban diseñados para impactar.

E impactar lo lograban con creces gracias a su mezcla de susurros extraños, desequilibrados zooms de cámara al son de la música o giros de cabeza de las niñas actrices. Todo esto, junto, propiciaba campañas que se quedaban marcadas en el recuerdo en un niño que, aunque le diera cierto susto, quería tal modernidad loca de juguete. Porque se quedaba pegado ante tal esperpento retransmitido por la televisión e incluso inspirando para personajes del cine del terror. O que se lo pregunten a Chucky, que surgió de un anuncio aparentemente más dulce...

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