OPINION

'Érase una vez... la vida', los dibujos animados útiles

'Érase una vez la vida'
'Érase una vez la vida'

En los ochenta, una serie decidió divulgar el interior del cuerpo humano y puso el entretenimiento televisivo al servicio de la educación. 

Así nació 'Érase una vez… la vida', comprometida con su tiempo y las nuevas generaciones. Más que unos dibujos animados, asistíamos a un viaje por el interior del cuerpo humano gracias a unos personajes de tebeo que lograban convertir lo complejo en una sencilla y divertida aventura. De hecho, los protagonistas de la serie eran muy fáciles de reconocer por los propios niños. Por ejemplo, las células del ojo llevaban gafas, los virus eran feos bichos amargados o los glóbulos rojos correteaban con sus inolvidables bolas de oxígeno.

Un puzle de tramas de cómic para explicar el funcionamiento de cada elemento del cuerpo humano en episodios temáticos: Los músculos, la piel, la respiración, la digestión, la sangre, el corazón, el cerebro, el esqueleto, el hígado, la médula ósea, los riñones, el oído, los dientes, las plaquetas…

Tres décadas después de su estreno (1987), varias generaciones aún se imaginan a los glóbulos rojos como los ideó el francés Albert Barillé, creador e impulsor de esta ficción en la que participó activamente TVE como cadena coproductora en la época en la que Pilar Miró era directora general del 'ente'. Un reto que ya antes Barillé también abordó con su particular repaso de la historia de la humanidad ('Érase una vez… el hombre' en 1978) o recreando una posible futuro en el que aprender de los errores avariciosos del pasado ('Èrase una vez… el espacio' en 1982). Pero la más redonda fue 'Érase una vez la vida o el cuerpo humano', que ahora reponen algunas televisiones autonómicas.

Las cadenas públicas ya no invierten en grandes producciones de dibujos animados divulgativos que generen un acontecimiento social con la enseñanza, como sucedió con esta saga. No venden, creen. Habrá que reflexionar también sobre ello, pero en estos complejos días en los que estamos inmersos para entender mejor lo que nos rodea es una buena oportunidad para las mamás y los papás rescatar esta ficción que, aunque algún capítulo quizá se haya quedado desactualizado, sigue explicando divertidamente lo vital.

Porque hubo una época en la que a TVE y sus homólogas europeas entendían la importancia de participar en producciones con valor social más allá de enseñar lo que es lejos o cerca. 'Érase una vez... la vida' cumplió un cometido más profundo gracias a 26 capítulos que reunieron a la familia frente al televisión y dispararon las audiencias explicando los órganos y procesos del cuerpo humano. Y es que el entretenimiento puede ser útil. Muy útil. Y cuando es realmente útil traspasa el tiempo y sigue cumpliendo su función 32 años después en un mundo que, entonces, era difícil de imaginar. 

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