No dan puntada sin hilo. Tres semanas después del estreno de la segunda temporada de Paquita Salas, Netflix ha colgado en la red cuatro escenas eliminadas de la serie.
No es casual. Ni improvisado. Cuando la conversación sobre la ficción decae, Paquita reaparece con nuevos cartuchos para mantener la mecha del fervor popular y, de paso, despertar la curiosidad de nuevos públicos que aún se resisten a la representante de actrices y actores.
El equipo de redes de Netflix sabe que no puede desaprovechar material de Paquita Salas. Es la musa ideal para amplificar la visibilidad de la compañía bajo demanda en España, pues impulsa una querible imagen de marca de este gigante videoclub entre su público potencial. Porque Paquita Salas habla su mismo lenguaje. Es más, se ríe sin complejos de la decadencia, el folclorismo y los juguetes rotos de un país en el que es fácil identificarse con la decadencia, el folclorismo y los juguetes rotos.
Incluso atreviéndose a promocionar por las calles de España a Paquita con acciones publicitarias que describen a la representante como: "una, grande y libre". Un eslogan perfecto: una gruesa ironía autóctona que no está al alcance de todos (muchos canales no se atreverían por temores a herir susceptibilidades, que Netflix no tiene) y que, además, es perfecta como campaña publicitaria, pues es fácil de recordar y no crea indiferencia en un peatón, que se queda pensando al cruzarse en el camino con este claim -"una, grande y libre"- heredado de una dictadura con cicatrices aún abiertas porque no fueron curadas nunca del todo.
Y cuando parecía que la marabunta del debate sobre la temporada de Paquita Salas ya decaía, los de marketing de Netflix tenía guardado el cartucho de las escenas que se quedaron fuera del montaje final. No será el último golpe de efecto. Porque en Netflix no bajan la guardia en la estrategia de mantener la percepción de éxito de su producción original. Una táctica que se construye más a través de la viralidad de los memes que corren sin freno por las redes sociales y llegan al público con más efectividad que una campaña de comunicación tradicional a través de la prensa tradicional. De hecho, esta prensa tradicional se hace eco con más pasión del contenido si ve que cuenta con repercusión en redes. Un circulo vicioso que propicia que los comunicados de prensa se estén devaluando a favor del anuncio "oficial" u oficioso a golpe de tuit.
En Netflix comprenden que el secreto de su receta está en la marca. Para qué decir los datos de audiencia reales, si puedes diseñar una imagen de éxito a medida centrado en tu nombre, tu sello y hasta tu generosidad que no duda en compartir ansiadas escenas eliminadas:
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