OPINION

Eurovisión 2018 brilla en su 'semifinal de la muerte' pero deja ver una debilidad televisiva

Chiper Eurovision
Chiper Eurovision
Chiper Eurovision
Chipre una de las favoritas.

Es el formato padre de los talent shows. El gran espectáculo musical de la televisión internacional que supone un campo de experimentación en la tecnología audiovisual y escénica. Y Portugal ha pasado con buena nota su primera semifinal, denominada 'de la muerte' por su igualada competitividad entre los participantes. Una semifinal espectacular en realización y en interpretación aunque, sin embargo, irrelevante como resultado global y producida desde un escenario que es más convencional que otras ediciones. Muy grandilocuente, con cientos de haces de luz, pero no se sabe muy bien si es un diseño de 2018 o 2001.  Lo que supone una involución visual. Eurovisión 2018 se ve antiguo.

Los organizadores de Eurovisión 2018 no querían un efectista escenario cargado de 'fuegos de artificio' para seguir, supuestamente, la estela del intimismo de Salvador Sobral. Así que este Eurovisión no cuenta con inmensas pantallas leds ni en el fondo del "decorado" ni en el suelo del escenario, que es negro, como antaño, como en cualquier concierto. Aunque un poco mejor pulido, claro.

En lugar de pantallas, Eurovisión 2018 ha apostado por cientos de focos (de leds). Algunos focos cuelgan del fondo, otros suben y bajan -según las necesidades de cada actuación- para ir bailando e iluminando al compás de la dirección escénica de cada país. Así, sin pantallas y sólo con luces inteligentes, se ha optado por dar personalidad al espacio escénico con una estructura que dibuja una especie de pilares, como una columna vertebral que también se ilumina y que simula algo así como el casco de un barco. Pero este elemento, que siempre está ahí como omnipresente protagonista, frena uno de los grandes logros de la historia reciente de Eurovisión: que los escenarios sean tremendamente camaleónicos en cada actuación de cada país. Este Eurovisión es un poco más monótono en ese sentido.  Y eso es una debilidad a la hora de la caza de grandes audiencias, más allá de los fieles eurofans. Estamos ante una escenografía más convencional que no huele a modernidad. Para qué nos vamos a engañar. De hecho, en algunos planos recuerda al Noche de Fiesta de José Luis Moreno en sus momentos gloriosos. Porque Noche de Fiesta tuvo decorados muy modernos para su época. Pero no para 2018.

Eurovisión 2018 decorado
El característico fondo.

Eurovisión 2018 no quería un escenario con fuegos artificios y han propiciado un escenario cargado de costosos fuegos de artificio. Y ahí surge una paradoja. Las pantallas leds no son el enemigo, tampoco la escenografía tradicional. De hecho, un led se puede recargar hasta abrumar y, a la vez, ese mismo led puede crear un ambiente minimalista. Led y escenografía tradicional son compatibles, se necesitan.

Salvador Sobral supo utilizar muy bien el set del pasado año para engrandecer su canción con esos fuegos de artificio televisivo de los que él mismo reniega. Su emocionante posición entre el público, los fondos diseñados para crear una mágica profundidad en las inmensas pantallas, los movimientos de cámara...

En Eurovisión 2018, en cambio, la escenografía no está siendo tan revolucionaria como otros años y eso ha jugado en contra de las posibilidades de favorecer la diversidad entre actuación y actuación. La primera semifinal visualmente ha sido un show más noventero, lo que también tiene su aquel. Pero sólo los que han estudiado previamente el escenario de Eurovisión, con sus debilidades y fortalezas, son los que han conseguido llevar bien diseñada a Lisboa una dirección artística minuciosamente articulada, logrando destacar su candidatura y diferenciarse del resto de los concursantes. Como han demostrado las propuestas de Lituania, Chipre o Irlanda. 

eL PLANO DE REACCIÓN

Israel, una de las favoritas

Neta de Israel es una de las favoritas, su tema tiene reivindicación contra el bullying y ha destacado en la final con una explosión de color que ha tenido la inteligencia de apostar por los planos de reacción del público para enriquecer la actuación como si se tratara de un concierto.

Se puede debatir si hacen falta grandes o más pequeñas pantallas de fondo, si se pueden suplir con focos u otros elementos, pero lo que ya parece evidente es que no se puede anular un suelo con capacidad de proyección de imagen, ya que es crucial para engrandecer cualquier número y abrir sus posibilidades imaginativas. Más aún en un Eurovisión en el que abundan tantos planos áreos a ritmo vertiginoso. Para que Eurovisión no parezca un talent show cualquiera.

Pero Eurovisión no son sólo grandes planos generales, también es el plano más corto. Ese que hizo brillar a Sobral. Ese que es más complicado en un escenario como este cuando está toda su artillería encendida. Eurovisión 2018 ha quitado las grandes pantallas para recordar que la música no siempre son fuegos de artificios y, al final, ha conseguido uno de los escenarios más recargados de los últimos tiempos.  Una contradicción que, sin embargo, no ha podido con la esencia de un festival que brilla por la música que cuenta una historia a través de la televisión. Porque Eurovisión destaca por esos fuegos de artificio, esos golpes de efecto y puestas en escena, que revisten cada tema. Sean horteras, surrealistas, delirantes o minimalistas. Fuera complejos. Eso es Eurovisión y Eurovisión no puede dormirse en transgresión de las narrativas audiovisuales, musicales ni escénicas. Y este año se ha adormecido un poco.

Amaia semifinal
Amaia se queda con la boca abierta.
Primer minuto de amaia y alfred

Un previo de Amaia y Alfred para Europa en plano lejano

Un primer minuto de 'Tu canción' de Amaia y Alfred se ha podido ver en esta semifinal. Las primeras imágenes definen una puesta escena vacía, en el que el protagonismo recae en ellos, pero con planos muy generales cuando la fuerza de los dos integrantes está en la magia de sus miradas en plano corto. En este previo, por cierto, Amaia y Alfred han sido entrevistados y han consumado una versión de La la la con la melodía de 'Tu canción'. Y Amaia se ha quedado con la boca abierta tras hacerlo, como no podía ser de otra manera.

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