ANÁLISIS

'Got Talent' se come a 'El desafío': factores que han propiciado un vuelco de audiencias

Un momento muy expresvio de 'Got Talent'
Un momento muy expresvio de 'Got Talent'
Telecinco

Tras la expectación inicial por el estreno de 'El Desafío', la segunda entrega de este nuevo programa de Antena 3 se ha desinflado pasando de arrasar con  3.302.000 espectadores y el 22,4 por ciento de share en su lanzamiento a 2.235.000 seguidores y un 15.3 por ciento de share. Bajón de audiencia en el que Telecinco ha recuperado terreno con 'Got Talent'. Así este talent show clásico ha adelantado a su rival con un 17.2 por ciento de share y 2.680.000 espectadores.

La disminución del interés de 'El Desafío' era pronosticable, aunque en cierto sentido aguante el tipo ya que Antena 3 está definiendo su imagen de cadena pegada al entretenimiento. Sin embargo, este formato, de la productora de Pablo Motos, no entra por los ojos ni se identifica con otros shows de Antena 3. Incluso es poco acogedor de ver.

La aventura de enfrentar a personajes populares a grandes pruebas, al estilo de un '¿Qué apostamos? VIP', no se ha desarrollado con una dinámica de formato que atraiga la atención del público familiar, especialmente a través de los niños. Y es que el programa es oscuro, no cuenta con un concepto escénico colorista y hasta el estilismo de los concursantes no amplifica su aureola de glamour. Salen desfavorecidos. 

En '¿Qué apostamos?' sabían bien que había que envolver cada reto de una escenografía pícara, casi de cómic, en donde era importante la explosión de color en el plató. Incluso en el vestuario de los participantes. Aquí de negro en unos sets que parecen más feos estands promocionales de una feria de motor en los años noventa. Espantando al público infantil que se va a la competencia... y se lleva a toda la familia.

Mientras tanto, en Telecinco, 'Got Talent' sí que intenta transmitir ese envoltorio de la luz y color del gran espectáculo televisivo. Desde el gran Teatro Coliseum de Madrid y a pesar de las medidas anticovid, el show construye bien su propio ritual: la sorpresa de ver qué talento espectacular esconde cada actuación enfrentada a un jurado que ya se las sabe todas.

La fórmula de 'Got Talent' es muy repetitiva para nuestra televisión. Llevamos años viendo talents shows con un jurado como protagonistas -más que los propios concursantes- pero el acierto de 'Got Talent' en España es su habilidad para intentar crecer y enriquecer cada minuto de la emisión con liturgias televisivas que van definiendo, impulsando y perfilando la historia del programa.

Es interesante la manera en la que se otorga protagonismo a parejas de espectadores situados entre el público. Están microfonadas, iluminadas y grabadas para captar sus comentarios, apuntes espontáneos que se colocan para construir mejor el compás de emoción que necesita un espectáculo de planteamiento escénico sencillo pero con mucha identidad.

Todo lo contrario que 'El Desafío', que se hace monótono porque es un ir y venir de pruebas con un atrezo de baratillo y sin la teatralización de la épica. El programa no tiene ni simbología propia ni una meta narrativa clara. No se proyecta bien un identitario reto final, no se incide en el premio. Sólo se asoma un coche varado en el decorado como si fuera 'La ruleta de la suerte'. Lo que se ve demodé fuera de 'La ruleta de la suerte', pues eso es sello incrustado en la memoria colectiva del mítico programa de adivinar paneles. Pero fuera de ese contexto se ve como una tómbola de otra época. Además, 'El desafío' ni siquiera atesora la emoción del directo. Tampoco ayuda un casting que parece que ya hemos visto haciendo lo que hace. Aunque no sea así. Curioso. Todo junto pinta que se irá desinflando el interés por esta apuesta semana a semana.

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